En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Los gatitos y las alas de los ángeles

Cada vez que alguien pronuncia o escribe la palabra play-off, se mueren varios gatitos, más de un ángel pierde sus alas y hay gatillazo. Y algo así le ocurrió al Oviedo en Anduva. Mientras, el Sporting no quiere volver a pinchar por tercera vez consecutiva ante un recién ascendido

Pablo González

Pablo González

Suele pasar que cuando algo se desea con muchas ganas el asunto se tuerza y el resultado nada tenga que ver con lo que se esperaba. Cada vez que alguien pronuncia o escribe la palabra play-off, se mueren varios gatitos, más de un ángel pierde sus alas y hay gatillazo. Algo así le ocurrió al Oviedo de Carrión en Anduva, que tuvo en sus manos al menos sumar un punto. Pero la fortuna va y viene. Un día te pitan un penalti al final para remontar ante el todopoderoso Eibar y al siguiente un disparo de aquella manera desde fuera del área pega en una pierna y se cuela para dejarte con cara de tonto a las tres.

De esta forma los azules vieron volar ante el Mirandés su inmaculada racha de nueve jornadas sin perder. Alguna vez tenía que ser la primera, pero, aun así, algo joribia. Aunque fastidia más ver que, tras una magnífica racha de resultados y otras cosas, el buque insignia de la casa azul se encuentre en la duodécima posición de la tabla, en lo que se denomina tierra de nadie. Queda mucho, cierto es; queda más de una vuelta por disputarse, pero hay que empezar a arrimarse a los de arriba para luego dar el hachazo definitivo. El encuentro en Miranda también vació –las mujeres y los músicos primero, que cantaba "Siniestro Total"– el barco fletado por aquellos que quieren ver a Alemão jubilando a un viejo rockero como Borja Bastón. Es complicado brillar en el área rival si no llegan balones en condiciones, pero el "9" enchufa lo poco que tiene para llevarse a la boca. La suerte para el Oviedo es que el viernes está cerca y tendrá ocasión de recuperar la moral de todos si tumba al Espanyol, otro de los considerados intocables.

Mientras, en Gijón les toca ganar sí o sí para mantener su segundo puesto. La jornada ha descabalgado a los de MAR del ascenso directo, que es a lo que la familia orlegiana quiere aspirar ahora. Lo mismo que en el caso azul, nada está decidido, pero un tercer patinazo consecutivo ante un recién ascendido puede cortar el subidón en el que lleva tiempo instalado el Sporting. Lo dicho, mejor no mirar mucho la tabla y a evitar que la población de gatitos siga disminuyendo y la de ángeles caídos aumentando, ¿oyisti, güey?

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