Entrevista | Marta Sanz Escritora, presenta «Enciclopedia Secreta»

«La literatura contemporánea debe servir de contrapeso de la visceralidad de las redes»

«Minimizar a Almudena Grandes demuestra ser reaccionario y tener unas miras muy pequeñas»

La escritoria Marta Sanz, en Gijón.

La escritoria Marta Sanz, en Gijón. / JUAN PLAZA

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Marta Sanz (Madrid, 1967) es escritora, la autora de la novela «Pequeñas Mujeres Rojas» entre otras novelas políticas y feministas. Presenta en la Feria del Libro de Gijón el sábado su último trabajo «Enciclopedia Secreta. Lecturas en el espejo feminista». Será en el patio del Antiguo Instituto, a las 13.15 horas, en una conversación con Leticia Sánchez.

–Su último trabajo trata cuestiones política. ¿Cuáles?

–Más que hablar de cuestiones políticas tengo una visión de la literatura en la que es, como discurso público, siempre adopta una posición ideológica en el espacio en el que se produce. Creo que es imposible que la literatura no intervenga en el espacio de lo real. La palabra literaria se metaboliza, cambia nuestra visión del mundo, nuestros valores, nos formulas preguntas que hace que nos replanteemos nuestros prejuicios. Esa dimensión ideológica de la cultura hay que tenerla en cuenta cuando se leen los libros y cuando se asume la responsabilidad de escribirlos.

–A veces, cuando un gobierno toma una medida que no gusta, su adversario la tilda de ideológica. ¿Se demonizado este término?

–Una de las estrategias más inteligentes y más perniciosas de la derecha española ha consistido en los últimos años en el robo del lenguaje o la demonización de ciertos términos. Creo que se ha robado la palabra libertad, para transformarla solamente en la libertad de comprar y vender, la libertad de hacer lo que te da la gana, cuando la libertad no se puede entender más allá de la justicia, de la igualdad y de la fraternidad. Con la palabra ideología sucede algo similar.

–¿En qué sentido?

–La ideología parece que siempre es la de los otros o las otras como si ellos hablaran desde una supuesta neutralidad que no es tal. La derecha activa la ideología invisible, que es decir que mi ideología no lo es porque es lo normal. Mientras que tu ideología es política, de izquierdas, maligna y hay que atacarla. Eso es una impostura, una posición deshonesta. ¿Quién se puede arrogar el derecho de hablar desde ningún sitio?

–Estuvo en el nombramiento de Almudena Grandes como hija predilecta de Madrid ¿Cuesta reconocer a una persona desde la esfera política aunque no case con tus ideas?

–Es un bochorno. El Ayuntamiento de Madrid debería representar a todos y a todas. Minimizar la figura literaria y cívica de una escritora de la magnitud de Almudena Grandes pone de manifiesto un pensamiento reaccionario y con unas miras muy pequeñas. Afortunadamente, es hija predilecta de Madrid gracias a los esfuerzos de las personas de culturas que participan en ese Ayuntamiento y los esfuerzos de los representantes de otros partidos políticos. El Alcalde, por problemas de agenda, no fue. Eso sí que es un acto político violento y manifiesto.

–Se dice que cada vez es más difícil para el ciudadano leer libros más largos. ¿Tiene en cuenta esto a la hora de escribir?

–Nosotros, o yo por lo menos, intento no autocensurarme en ese sentido. Trato de escribir los libros que creo que tengo que escribir adaptando el fondo a la forma de la manera más coherente. El gran problema de la lectura en este país no tiene que ver con la extensión, que también. Nos hemos acostumbrado a discursos más cortos, incisivos, hasta el extremo de que podríamos hablar de una cultura pop auspiciada desde las redes. Pero a parte de la extensión hemos perdido la capacidad de concentración. La lentitud para leer por debajo de las palabras. Para entender que la literatura no es literal. Los significados no son explícitos ni literales. Se trata de aprender a reconstruir la masa sumergida del iceberg del texto literario. Las sugerencias, las connotaciones. Ese ejercicio nos ayuda a desarrollar estrategias de comprensión lectora que redundan en la construcción del sentido crítico. Una de las cosas más importantes de la literatura contemporánea es que puede servir de contrapeso a esa velocidad y visceralidad de las redes que llevadas a los espacios públicos convierte la democracia en demagogia y una supuesta expresión libre de nuestros sentimientos en fascismo.

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