Metrópoli despide otra edición de éxito en Gijón: "Es un imán de atraer visitantes"

El festival regresó sin restricciones al recinto ferial Luis Adaro tras la pandemia: "Había muchas ganas de disfrutar"

Sarah Manzaneque

Deva García trabaja en un puesto de perritos calientes del festival Metrópoli. Cuenta que ayer tuvo un día mucho más relajado en comparación con las otras nueve jornadas que ha durado el certamen gijonés, que ayer cerró el telón con un nuevo éxito de público en la mayoría de los puestos. Se despidió el festival con "Bresh", una sesión de origen argentino que ya triunfó en el pasado en Nueva York, Buenos Aires y Miami. Metrópoli. La cita gijonesa puso con ellos el broche de oro a una edición que ha vuelto a ser como la de 2019. Es decir, sin restricciones y en el recinto ferial Luis Adaro. "Había muchas ganas de disfrutar", concretaron muchos de los asistentes.

Metrópoli arrancó en 2014 siendo el paraíso asturiano de los seguidores del "cosplay", pero abarca todas las temáticas habidas y por haber. "Parece que dejó un poco atrás la faceta de los cómics, ahora está más dedicado a la música", puntualizó Antón Rodríguez, que este año se estrenó en el festival precisamente en la jornada en la que se echó el cierre. Los trabajadores del certamen también comparten la visión de que este curso la cita ha vuelto por sus fueros. "Se han notado los dos años sin celebraciones, la gente volvía con ganas de estar entre la multitud.", aseguró Juan Manuel Martínez, responsable de la tienda Endor Shop, un negocio situado en uno de los pabellones y dedicado a los seguidores del cosplay, especialmente a aquellos que les gusta "Star Wars".

Lo que decía Deva García, aquello de que ayer se notó más tranquilidad que en otras jornadas, fue así sobre todo si se compara con algunos momentos concretos, como las actuaciones de Beret o Zetazen. Ambas atrajeron a un gran número de visitantes. Esta situación también tuvo su eco en los puestos comerciales que, en algunos momentos puntuales, registraron importantes colas. "Los días con más gente han sido los más estresantes, pero en general la mayoría lo hace todo más fácil", afirmó García. "Los dos sábados, que fueron los días más grandes hubo mucho estrés", añadió. "Tanto otros vendedores como los clientes han sido muy amables, suelen dar mucha conversación y amenizan la jornada", agradeció.

También reconoció que hubo mucha clientela Tobías Benítez, trabajador de un puesto de crepes. "Durante los días más grandes parecía que faltaba organización, era demasiado estresante. Eso sí, la gente ha sido la mejor parte de la experiencia. Daniel Asprín es trabajador de una tienda de productos japoneses. Alabó el entorno de trabajo que se encontraron. "El ambiente laboral ha sido exquisito", remató el joven, que percibió la juventud de aquellos que desarrollaron en Metrópoli roles similares al suyo. "Lo bueno del festival es que ofrece muchos puestos de trabajo a los chavales, la mayoría rondan los 20 o 25 años", agregó.

Metrópoli también ha traído turistas. De Madrid vino Luis Guio, que aplaudió "las referencias que se han hecho a otras épocas, como a los años ochenta", así como que en el festival se junta gente de todas las edades. La misma mezcla captó la atención de Nuria Bango aseguró sentirse sorprendida por "lo asequible que es para todos los públicos". "Es un imán para atraer gente", añadió la mujer, que, como el resto de los asistentes disfrutó de un Metrópoli a pleno rendimiento.

La traca final de Metrópoli

La traca final de Metrópoli / Sarah Manzaneque

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El rapero canario (en la foto) fue el encargado de ofrecer el último concierto de Metrópoli tras una edición por la que han pasado "Rulo y la Contrabanda", Calamaro, Loquillo o Bizarrap, entre otros muchos. Además, para cerrar la jornada, los asistentes pudieron disfrutar de "Bresh", una sesión de música urbana que ya ha triunfado en ciudades como Nueva York o Buenos Aires.

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