La primera muerte violenta del año en Gijón: la historia negra reciente de la ciudad
El apuñalamiento se suma a otros crímenes recientes, como el de la niña Olivia, el bebé de Nuevo Roces y el parricida de Monteana
Gijón escribió ayer una página negra con la primera muerte violenta registrada en 2023. Un crimen, el de la inmobiliaria, que ha conmocionado a la ciudad. Y que se suma a otros casos de gran impacto, como el de la pequeña Olivia, fallecida en octubre del pasado año después de que su madre, Noemí Martínez, le suministrase una gran dosis de pastillas en la vivienda que tenían alquilada en la avenida Gaspar García Laviana. El Juzgado concretó hace unos días la imputación por asesinato contra la mujer, que en el momento del crimen tenía 48 años y que actualmente permanece en prisión preventiva. Olivia ha recibido múltiples homenajes tanto en Gijón como en el Torrecaballeros, en Segovia, el pueblo de su padre.
En 2019, tuvo lugar el crimen de Lloreda, cuando Jorge Aquilino Llamedo sufrió una paliza en su casa con un objeto romo que le provocó la muerte. Tenía múltiples huesos rotos. La versión de la compañera sentimental de la víctima, que se escondió bajo la cama, fue crucial para la detención de Alberto Aguirre, amigo y excompañero de celda de Llamedo. El único acusado por el crimen fue hallado sin vida en 2021 en un chamizo de Roces.
Otro crimen impactante ocurrió en mayo de 2021. Silvia Acebal se declaró culpable de haber matado a su bebé recién nacido en Nuevo Roces en 2019. La fiscal tildó el caso como "de maldad extrema", al asestarle acusada 53 puñaladas al niño y posteriormente tirarlo al contenedor de la basura. Fue un vecino del barrio el que halló el cadáver del bebé.
Hay que remontarse hasta 2015 para toparse con el crimen perpetrado por Abdou Ndiaye, "Makelele", que fue condenado en un principio a 18 años de cárcel por asesinar a la conocida hostelera María Sonia Mitre. Finalmente, el Supremo rebajó la pena a 14 años de prisión al senegalés. Los forenses llegaron a la conclusión de que estranguló a la víctima con la mano derecha mientras con la izquierda le tapaba la boca.
"No dormía, bajé las escaleras y maté a mamá", confesó Iván González Fresno, el conocido como el parricida de Monteana, que asfixió a su madre en 2016. En ese mismo año, Silvia Hernández murió apuñalada por su compañero sentimental en Roces. "Se lo merecía", llegó a decir José Manuel Sánchez, asesino confeso de Lorena Dacuña, fallecida en 2020. El crimen de ayer engrosa una numerosa lista de tragedias en la ciudad durante la última década.
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