El director del FICX tras conocer la expulsión de Vox: "Estamos muy agradecidos"

El Festival de Cine, al que Vox quería dar un giro, acelera la ruptura Foro

El runrún de que Vox no acabaría el mandato dentro del gobierno de la forista Carmen Moriyón empezó a sonar incluso antes de que el equipo municipal que ambos comparten con el PP tomara posesión. Pero ninguno de los oráculos concretó que esa realidad llegaría en medio de las "celebraciones" de los cien días de gobierno y, menos, que se desencadenaría a cuenta del Festival Internacional de Cine de Xixón. A las 61.ª edición del FICX aún le quedan unos días para arrancar pero ayer estuvo en boca de todos. Sin quererlo, suyo ha sido el mérito de provocar un final de película en la política local.

La gestión del festival le corresponde a Divertia y la gestión de esa empresa municipal le tocó a Vox en el reparto de competencias del tripartito. Uno de sus ediles, Óliver Suárez, es el presidente de la sociedad. Su compañera de filas, Sara Álvarez Rouco, la edil de Festejos. Y en esa condición comparecía ayer para anunciar cambios en el Festival que evidenciasen la otra forma de hacer las cosas que tiene Vox. Para la edición de este año, a la que llegaban con casi todo el trabajo hecho, el cambio se limitaba a crear un nuevo premio que ensalzara los valores "que defiende Vox": "El esfuerzo, el trabajo y el respeto a los demás". Para las siguientes quedaba cambiar el modelo de certamen, que ahora se reconoce como especializado en el cine independiente, para que "fuera un evento a disfrutar entre todos, no solo por unos pocos" y dejar fuera a quienes usaban el festival "para la promoción exclusiva de sus intereses hablando de activismo y militancia". Unos cambios, reconoció Álvarez Rouco, que no le habían comentado a la dirección del Festival. ¿Y al resto del gobierno? "Algo dijimos", fue su contestación.

El anuncio dejó un reguero de preocupación y críticas entre las entidades culturales de la ciudad. Sobre todo entre las que colaboran con el FICX como la Sociedad Cultural Gijonesa, el Ateneo Obrero y Gesto. Algunas de ellas hacían un llamamiento directo a la Alcaldesa a intervenir. Igual que a la regidora se refirió el director del FICX, Alejandro Díaz Castaño, al que la bomba le estalló en México. "Estamos muy agradecidos a la Alcaldesa por su rotundo apoyo al FICX y deseando que llegue ya noviembre para disfrutar del mejor cine de autor en Gijón", señaló.

Rouco había dejado en el aire la continuidad de proyectos que comprometían al FICX con el uso del asturiano. O con las políticas de igualdad. O con los derechos del colectivo LGTBI a través del premio Rambal que desde 2021 y, a partir de un convenio de Divertia con Xega (Xente LGTBI de Asturias), galardona una cinta o a un cineasta comprometido con los derechos del colectivo. Que algo pasaba ya le había quedado claro a Xega que esperaba desde finales de agosto que Divertia diera el visto bueno al convenio de este año, y que compromete un dinero de Xega en ese galardón. El silencio, y el hecho de que otras entidades sí estaban recibiendo sus convenidos, llevó a Xega a formalizar una petición de información de manera oficial por registro el pasado viernes. La respuesta, y el convenio, les llegaban a última hora de la mañana de ayer. Justo después de la bronca política que hizo temblar el Ayuntamiento y en una de las últimas gestiones firmadas por Óliver Suárez como presidente de Divertia.

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