El arte prehispánico conquistó Occidente hasta Asturias

"Antes de América. Fuentes originarias de la cultura moderna", una exposición de la Fundación Juan March que alcanza hasta la obra de Joaquín Vaquero Palacios

Joaquín Vaquero Palacios y debajo, el gran panel de la Central Eléctrica de Proaza, una de sus obas.

Joaquín Vaquero Palacios y debajo, el gran panel de la Central Eléctrica de Proaza, una de sus obas. / Miki López

Xuan Pedrayes Obaya

Xuan Pedrayes Obaya

La Fundación Juan March presenta en su sede de Madrid la exposición "Antes de América. Fuentes originarias de la cultura moderna". El título no puede ser más elocuente. Busca la reinterpretación y recuperación de las formas y significados de las antiguas civilizaciones ‘pre-americanas’.

Esta fundación sigue acertando en la elección rigurosa de temáticas alejadas de lo superficial y trillado. En esta reinterpretación de las culturas originarias del continente americano presenta más de 600 piezas, unidas con criterio y una excepcional calidad, formando un relato coherente. No hay mucho "arte indígena". Busca, más bien, el impacto de lo precolombino en el llamado "arte erudito". Un catálogo con 32 ensayos cortos y un ciclo de películas en el Canal March son el resultado de un atrevido proyecto de investigación desarrollado durante cuatro años, que será completado con una web en breve.

Joaquín Vaquero Palacios y debajo, el gran panel de la Central Eléctrica de Proaza, una de sus obas. | |  MIKI LÓPEZ

Motivos geométricos del corredor de la panera de Casa Farruco en Perdiel.lu, parroquia de La Riela, Cangas del Narcea. / ASTUR PAREDES/ SALVADOR BARRO & JUAN PEDRAYES ARQVITECTOS

La exposición es compleja. Está organizada en cuatro secciones temporales concatenadas, que incluyen la evolución de las sociedades prehispánicas, desde Alaska a la Tierra del Fuego, aunque con mayor atención a Centro y Sudamérica.

Apartados

1. Registro y reinterpretación (1790-1910). Destaca cómo los viajeros del romanticismo se preocuparon más de la arqueología y el anticuariado que de las Bellas Artes. La reinterpretación en arquitectura fue aplicada a obras de nuevo cuño en la segunda mitad del XIX, en especial a los pabellones de países americanos de las exposiciones universales, definiendo la imagen de las nuevas repúblicas.

2. Reinterpretación e identidad (1910-1940). Tiene 4 espacios: Norteamérica, Sudamérica, artes escénicas y biblioteca americanista, con un apartado dedicado al diseño gráfico, donde se amparó la vanguardia, debido a una razón meramente económica: el óleo era caro, el diseño gráfico, no. Es muy interesante la colección de manuales de artes ornamentales, impresos para su estudio en las escuelas de niños, cuyo objetivo era fijar mediante el dibujo una estética propia.

3. Identidad e invención (1940-1970). La muestra destaca el trabajo del uruguayo Joaquín Torres García (1874-1949), de padre catalán. Un agent provocateur, a la manera del purista neoplástico Theo Van Doesburg. Mientras el holandés trazó un sistema pedagógico, luterano y abstracto, su coetáneo aplicó ese canon a la teogonía andina y a la contemporaneidad, concatenando lo precolombino y su densidad espiritual: signos arcaicos, color, publicitados en una serie de libros y exposiciones.

Cabeza de indio en la puerta de una casa de Cangas en Argul, concejo de Pesoz. Cara del ‘indio’ y los motivos geométricos del corredor de la panera de Casa Farruco en Perdiel.lu, parroquia de La Riela, Cangas del Narcea.. | |  ASTUR PAREDES/ SALVADOR BARRO & JUAN PEDRAYES  ARQVITECTOS

Cabeza de indio en la puerta de una casa de Cangas en Argul, concejo de Pesoz. / ASTUR PAREDES/ SALVADOR BARRO & JUAN PEDRAYES ARQVITECTOS

El Taller Torres García subsistió tras su muerte. En su producción hubo un interés especial por la cerámica, apareciendo ecos de Paul Klee mezclados con grafías precolombinas y metafísicas.

El mundo de la Bauhaus también se interesó por América. Josef Albers, y su mujer Anni, llegaron en los años treinta a las antiguas ciudades de Mesoamérica en su búsqueda del cuadrado amerindio y fotografiaron las alfombras de los indios Navajo y sus patrones textiles, próximos a la abstracción geométrica renacida tras la segunda guerra mundial.

Este apartado documenta igualmente la llegada de la cultura de masas en cómics, carteles, vinilos, máscaras, gráficas pop… que conducen a la estética kitsch.

4. Invención y conceptualismos (1970-2023). Define un final de la exposición, recreando el almacén de un museo donde están descontextualizadas muchas obras precolombinas, mezcladas conpiezas actuales ‘canónicas’ de enorme parecido. La variedad de las propuestas ‘asegura el futuro del pasado’.

Las videoinstalaciones, la música y el cine tienen aquí su espacio, además de dos instalaciones, una en la Fundación Juan March de Palma (Neo tameme), de Chavis Mármol, y la otra en el museo de Arte Abstracto de Cuenca, del mejicano Pedro Lasch (Figuraciones inversas).

Vaquero Palacios mantuvo su interés por las ruinas precolombinas y las escalas colosales

Joaquín Vaquero Palacios / _

De la Antropología a la obra de arte

A lo largo de la exposición vamos viendo cómo, poco a poco, se fue avalando el pedigrí artístico de muchas piezas, pasando de los museos antropológicos a las colecciones artísticas de millonarios y galerías. Otro apunte: el Land Art estuvo influenciado desde su origen por las alineaciones ceremoniales de Nazca.

El pintor argentino César Paternosto, en el interesante video que explica la exposición, señala desde su visión ‘artística’ como la escultura inca es única en el mundo y el grafismo de los códices mayas tiene mucho de pintura. Concluye que para toda esta estética desafiante debemos ir a los museos de antropología.

Destaca también Paternosto como lo textil es fundamental en la expresión artística precolombina, mientras para Occidente es una artesanía, que no acaba de entrar en el canon ‘artístico’. En los Andes y en la costa peruana, ha sido recuperada la historia del textil que definió su centralidad en la cultura, pues no había papel ni pergaminos. El hilado de la fibra, antes de la cerámica, fue el soporte donde se configuraron los arquetipos culturales. Hace 5.000 años ya se hilaba el algodón y estaban fijados los arquetipos figurativos (aves de presa, el puma, la figura humana) y la abstracción geométrica, con sus significados, siendo el medio más desarrollado e influyente en toda la iconografía andina.

Ticio Escobar, en el ensayo del catálogo "Arte indígena: pesares y desafíos" señala una cuestión fundamental: la problemática de la definición de Arte en la cultura Occidental y la inexistencia de este término en el resto de las tradiciones, que no necesitan realizar obras irrepetibles, pues hacen coincidir la forma con su contenido social.

Vaquero Palacios y la escala americana

En Asturias, este interés por lo americano llegó también en tiempo y forma. En la misma exposición pueden verse detalles del proyecto neo-maya de Vaquero Palacios y Luis Moya para el concurso del Faro de América, en Santo Domingo (1931), que tuvo amplio eco en las revistas de arquitectura españolas: un rascacielos-pirámide que albergaría el mausoleo de Colón.

La fijación de la identidad panamericana era el fin de este concurso que tuvo el doble de participantes que el de Chicago Tribune en 1922, entre ellos Tony Garnier, Melnikov, Alvar Aalto e Iván Leonidov.

Tras muchos avatares el faro fue concluido en 1992 siguiendo las trazas del proyecto ganador. Los jóvenes Vaquero y Moya viajaron en 1930 por Centroamérica para conocer en profundidad la ‘escala prehispánica’ y a Estados Unidos para estudiar los rascacielos. El jurado presidido por Frank Lloyd Wright, para su disgusto, les dio el tercer puesto. Wright era conocido por su anglofilia y su manía a los rascacielos.

Vaquero en su pintura a lo largo de su vida mantuvo su interés por las ruinas precolombinas y su desenvoltura en el manejo de escalas colosales, tanto en su obra plástica como en la arquitectónica.

En la Asturias coetánea podemos encontrar ecos mayas y Art Decó en el magnífico edificio de los Busto en la plazuela San Miguel nº10, de Xixón (1930) e influencias trufadas de "Estilo Remordimiento" con motivos mayas en lugares tan exóticos (y tan puestos al día en su momento) como son la puerta de Casa Cangas en Argul (Pezós), o el hórreo de 1944, de Casa Farruco en Perdiel.lu, Cangas del Narcea.

Más modernos que nadie

A mi entender, la exposición supone una cura de humildad para los europeos en general, y anglosajones en particular. Demuestra (una vez más) que los elitistas movimientos de vanguardia occidentales tienen mucho de historicismo de culturas outsiders pretéritas. Puestos a hacer una clasificación, las pirámides de Teotihuacán superan a las de Giza, y eso que Napoleón no las puso de moda.

La exposición acaba el 10 de marzo. Si están interesados por ver lo antiguo que es el ‘Arte Moderno’ no dejen de estudiarla con atención. Les abrirá los ojos.

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