Opinión | CAMÍN REAL

Los albarderos ambulantes

Los vendedores de monturas recorrían La Regueras y llegaban desde León

Antes en los pueblos se podían conseguir ciertos trabajos especializados a domicilio. Venían los ambulantes, sobre todo en el invierno. Uno de los oficios que se ofertaba era el de albardero. Las albardas eran muy necesarias ya que los burros o caballos eran el transporte habitual en los pueblos.

Los albarderos ambulantes

Los albarderos ambulantes / Rosa Mª Rodríguez Fernández

Los albarderos venían de León, de Forniella y de Trascastro, a caballo, o andando, con un macuto al hombro, como un hatillo atado por las 4 puntas. Llegaban anunciándose:

–¡Albarderooo…! ¡Albarderooo…!

Cuando se necesitaban sus servicios había que darles de comer y sitio para dormir. Ellos traían el cuero y la badana, y también el hierro para hacer el jesús, así como las herramientas: lezna, agujas, pujavante, punzón, bramante, tijeras especiales, navaja, alicates, dedal de mano, mazo de madera… Untaban las agujas con grasa antes de coser para que entrasen mejor en el cuero y también porque decían que así duraba más. El saco y la paja de centeno para el relleno se ponían de casa. En algunas también ponían la badana, si tenían alguna piel curada. Utilizaban cuero de ternero, de vaca, de cerdo, de caballo, de oveja y de cabra.

Los albarderos hacían albardas, mollidas, collarones, cornales, sobeos, cabezadas y "vaños" para echar el trigo al aire. Hacían una albarda en menos de un día, pero se dedicaban, sobre todo, a reparar las viejas. Tenían veceros o clientes fijos.

Las partes de la albarda tienen los siguientes nombres: la parte alta delantera, de hierro curvado: "jesús"; lo de enganchar atrás: "altafarra"; la cinta con la que se sujeta la albarda al animal por la barriga: "cincho"; el cordel con que se ataba a los palos de la albarda en cruz para sujetar sacos: "sobrecarga".

Los albarderos poseían su propia jerga, llamada "burón". Algunas palabras que nos dejaron y se mantienen en la actualidad: "aborronar" (hoguera con restos vegetales), "antiparras" (gafas), "chumar" (beber), "clamiar" (pedir), "galufu" (cerdo), "xabeca" (albarda)…

Uno de los últimos que vino fue Armandín, el albardero de Villablino. Se quedaba a dormir en Casa Sienra de Escamplero. Más tarde ya había albarderos por aquí, uno de León se casó en Recastañoso y se quedó a vivir, y otro, también de León, se casó en Soto y vivieron en Grao. Con el tiempo se aparcó el burro y sobraron las albardas. Algunas duermen un largo sueño en los desvanes cubiertas de telarañas.

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