El Paragües

Incontinencia

Los Güevos Pintos estuvieron bien, salvo por las calles usadas como urinarios cerca de Les Campes

Vicente A. Montes Álvarez

Vicente A. Montes Álvarez

Nos complace a los polesos que la fiesta de los Güevos Pintos haya sido un éxito. Es en gran medida mérito de la Comisión de Festejos, que hizo una encomiable labor. Los trabajos de artesanía con los huevos rayaron en lo artístico en muchos casos. El habitual despliegue folclórico de El Ventolín fue otro de los sumandos para dar lustre al festejo. En la bendición no faltó una alusión a la necesidad de más atención a los que nada tienen desde la administración local como contrapunto a la bonanza económica municipal. Para que todos los ingredientes necesarios estuviesen dispuestos convirtiendo el día en espléndido, el tiempo atmosférico fue inmejorable. La hostelería hizo una evaluación del resultado de las fiestas calificándola como excelente. Pero una evaluación racional exige la función acreditativa, es decir, comparar los resultados para unos con los resultados para el resto de los iguales, es decir, para otros ciudadanos. Ciertos establecimientos hosteleros de Les Campes sacaron la "barra" al exterior reduciéndose el acceso al interior. Los baños estuvieron en muchos casos inoperativos. El resultado fue que las calles próximas menos frecuentadas se convirtieron en auténticos urinarios o más para XX y para XY apremiados por la necesidad. Si la micción en la vía pública es sancionable, se podrían haber llenado las arcas municipales por la incontinencia de los pobres "rapazos" De miércoles el aroma en esas calles... Así que vecinos, otros ciudadanos de ese entorno, tienen una valoración muy diferente a la de los hosteleros. Este año los Güevos estuvieron bien, aunque no hay duda de que todo es mejorable.

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