La primera gran cosecha de Rosa Narcea: los investigadores del CSIC recolectan 20 kilos de pétalos de una sola parcela

“Fue emocionante; hasta nosotros estamos sorprendidos de la producción”, afirman los científicos del CSIC que recuperaron un rosal antiguo único en el mundo con interés en la alta perfumería

Los investigadores Carmen Martínez y José Luis Santiago, en una de las parcelas de Rosa Narcea. A la derecha, el libro “Historia de una rosa”, de Ana Alonso. | F. R.

Los investigadores Carmen Martínez y José Luis Santiago, en una de las parcelas de Rosa Narcea. A la derecha, el libro “Historia de una rosa”, de Ana Alonso. | F. R. / A. RubieraA. R.,

A. Rubiera

A. Rubiera

Los científicos de la Misión Biológica de Galicia, del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), que hace cosa de un mes desembarcaron en Cangas del Narcea, en la aldea de Carballo, para recolectar unas rosas únicas en el mundo con aplicación en la alta perfumería, ya están de vuelta en el laboratorio. Y de Cangas se han llevado una experiencia magnífica que parece apuntalar su proyecto de Rosa Narcea. Un proyecto basado en la recuperación de una rosa antigua –a la que han dado ese nombre como identificación de su origen–, que ya se ha certificado que es única en el mundo, que crece perfectamente en el occidente de Asturias, que tiene enorme fragancia y unas cualidades idóneas para convertir sus aceites esenciales en un producto preciado en el sector de la alta perfumería.

Dice Carmen Martínez –la responsable de la investigación y el alma de todo el trabajo, ya que fue quien creyó en la singularidad de un rosal que está plantado al menos desde hace casi dos siglos en el jardín de su casa de Carballo– que la cosecha de pétalos de Rosa Narcea que han conseguido este año ha sido “espectacular”: “Ha superado, con mucho, nuestras expectativas”.

La recuperación de la rosa ya es un hecho porque de ese único rosal se ha pasado a tener más de 300 plantados en tres fincas, a distintas altitudes por rigores de la investigación; también tienen toda una producción de plantas reproducidas in vitro que no parecen sufrir ni un ápice respecto a las que son fruto de esquejes.

Pero a los científicos les quedan muchas más confirmaciones hasta saber si puede haber negocio tras los rosales. Y con el trabajo de campo que han hecho estos días se trataba de ir despejando esas incógnitas. Por ejemplo, la determinación de qué zona del valle de Cangas del Narcea puede ser la que genere más flores, o rosas con más pétalos, o con más rendimiento en aceite esencial, o qué sistema de conducción del esqueje genera mayor cantidad de capullos, o qué datos climáticos apoyan un mejor crecimiento de los rosales.

Y aunque algunas de esas incógnitas las tengan que resolver en el laboratorio, otras ya las han testado a pie de campo. En concreto, ya saben que de las tres parcelas con cultivos, en Carballo, Cibea y Genestoso (de menor a mayor altitud, respectivamente), “la de Carballo ha tenido una producción muy grande. Ha generado una cosecha de más de 20 kilos de rosas, que es mucho. Hasta nosotros estamos sorprendidos del resultado”.

Una de las plantaciones de Rosa Narcea, en Carballo. | Fernando Rodríguez

Una de las plantaciones de Rosa Narcea, en Carballo. | Fernando Rodríguez / A. RubieraA. R.,

Cultivo en espaldera

Y eso, en parte, tiene que ver con otro éxito del proyecto, dice Carmen Martínez: “No solo hemos descubierto y seleccionado la planta, también hemos diseñado para Rosa Narcea un método de cultivo en espaldera, totalmente novedoso y pionero en rosales para perfume y hemos dado totalmente en el clavo. Ha producido muchísimo. Nos parece un auténtico regalo de la naturaleza, que cuando sabes entenderla y cuidarla te devuelve estás maravillas”, cuanta la bióloga con entusiasmo.

En las semanas de mayo el equipo del CSIC recolectaba pétalos a primerísima hora de la mañana “y por la tarde ya volvíamos a tener un montón de rosas abiertas para el día siguiente. Fue emocionante; había días que nos daba la sensación de estar soñando”, relata la científica asturiana.

En la plantación de Cibea las cosas no fueron tan bien. Porque “un toro que tenía el propietario de la finca en el prado, nos comió todas las rosas. Es la primera vez en mi vida que veo eso”, explica la bióloga, que gracias a la monitorización continua que tienen de las parcelas saben a qué atribuir su pérdida de flores. “Con nuestra estación agroclimática pudimos ver la pata del toro al lado de los rosales los días 2 y 3 de mayo. Debió de ser la fragancia o quién sabe qué. Las vacas no tocaron ni una flor pero el semental se las comió todas. Nos llevamos un gran disgusto, pero lo hemos aprovechado para hacer un nuevo ensayo”, añade la investigadora que, sin perder la sonrisa, bromea con que “habrá que ver cómo sabe la carne de ese toro”.

Interés por la producción dermocosmética

Lo cierto es que a la Rosa Narcea no le faltan líneas de investigación, ni mucho menos. El equipo de la Misión Biológica del CSIC en Pontevedra ha hecho una publicación más en torno al trabajo con esta rosa, y en concreto demuestran que el agua residual producida durante la hidrodestilación de pétalos de Rosa Narcea es rica en quercetina y sus derivados, ácidos gálico y elágico. Muchos de esos compuestos, dicen, tienen propiedades antioxidantes y otras beneficiosas para la salud. “La alta concentración de estos compuestos en estas aguas residuales generadas por la hidrodestilación las hacen aptas como materia prima para el desarrollo de productos nutracéuticos, farmacológicos, de alimentación animal e incluso para la salud humana y vegetal. Sin embargo, una de las mejores aplicaciones podría ser la producción dermocosmética, que podría beneficiarse del agua y los compuestos que contiene”, señalan en su estudio.

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La Rosa Narcea ya tiene hasta un libro. Una novela infantil titulada “Historia de una rosa”, publicada por Anaya en la colección Pizca de Sal, y escrita por Ana Alonso. La novela, dice la autora, “es un relato de ficción, pero está inspirado en una investigación real llevada a cabo por Carmen Martínez Rodríguez y su equipo de la Misión Biológica de Galicia, del CSIC”. De hecho, la propia Carmen y algunos de sus compañeros salen en el libro. “Yo soy bióloga y muy amiga de uno de los investigadores que han colaborado en el estudio de la rosa, Rafael Álvarez. A través de él, contacté con Carmen. La entrevisté repetidamente, así como a miembros de su familia, otros investigadores del proyecto, e incluso estuve visitándolos. Fue un trabajo de colaboración precioso”, cuenta la escritora. El libro está pensado para la lectura de niños y niñas de 5º y 6º de Primaria o 1º de ESO, e incluye un dosier con información sobre la Rosa Narcea, además de la historia. Porque precisamente la colección Pizca de Sal se trabaja mucho en los colegios. Ana Alonso tiene publicados más de doscientos libros y ha obtenido premios literarios como el Hiperión, el Ojo Crítico, el Antonio Machado, el Manuel Acuña de México, el Barco de Vapor, el Premio Anaya, el White Rave...

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