El análisis de Rodrigo Fáez sobre la situación de la candidatura de Gijón al Mundial: Para Carmen Moriyón

Firma de un protocolo general de actuación para el impulso de la candidatura Asturias 2030 al Mundial de Fútbol

Firma de un protocolo general de actuación para el impulso de la candidatura Asturias 2030 al Mundial de Fútbol / EFE

Rodrigo fáez

A Carmen Moriyón no parece interesarle el Mundial. De hecho, me da la sensación de que nunca le ha interesado. Desde su cara de circunstancias al firmar el protocolo inicial hasta la última idea de hacer una campaña anti Mundial en las marquesinas de Gijón (pagada con fondos públicos) que le ha salido fatal.

En la distancia he observado varios movimientos públicos que no me han gustado. Como el ataque gratuito del Ayuntamiento negándose a darle un "cheque en blanco" al Grupo Orlegi. Fue un gesto feo que no venía a cuento. Quizá a la alcaldesa le moleste que un grupo de empresarios independientes hayan invertido 43 millones en un club en el que nadie quería invertir antes. O quizá, simplemente, a Moriyón le haya disgustado que, sin quererlo, unos mexicanos hayan puesto a Gijón en el centro del debate por el futuro de la ciudad.

Porque así es: ¿Qué fue, qué es y qué será Gijón? El pasado me importa poco porque hay que mirar hacia el futuro. Y ese futuro pasa por hacer un proyecto de ciudad a medio plazo donde haya una estación de trenes acorde con la alta velocidad, donde los autobuses tengan un sitio digno donde apear a sus pasajeros y un estadio de fútbol a la altura de su afición. Y eso, a día de hoy, Gijón no lo tiene. Ni lo tiene, ni tiene visos de tenerlo.

Y precisamente por eso me sorprende la negativa tan tajante de la Alcaldesa. A los políticos se les paga para que escuchen, dialoguen y tomen decisiones. Guste o no, el actual equipo de Gobierno va a tener que arreglar El Molinón y no entiendo que se niegue a abaratar el coste de la remodelación con los ingresos del Mundial. Como también pasa con las estaciones de tren y de autobús. ¿O se va a negar Moriyón a aceptar las ayudas y ventajas que desde el Gobierno central ya se tienen estudiadas?

Aunque visto lo visto, excusas hay. Y ni eso se está planteando bien. "No se puede hipotecar una ciudad por dos partidos de fútbol". En efecto, porque un Mundial es mucho más que eso. Un Mundial es aparecer de nuevo en el mapa internacional, es dotar a la región de mejores infraestructuras, es crear un plan de expansión en los próximos seis años para la internacionalización de la marca Gijón y es trabajar para que la ciudad tenga opciones de crecimiento más allá de las tristezas habituales a las que los gijoneses llevamos anclados los últimos quince años.

"Este club necesita alegría", decía Manuel Preciado en su presentación como entrenador del Sporting. Pues le robo la frase para cambiar "club" por "ciudad". Y la ciudad con Carmen Moriyón, en estos primeros meses de mandato, no pinta en ese camino.

Otro de los movimientos que no me gustaron fue cuando, sin venir a cuento –y en un ejercicio de auto realización–, el Ayuntamiento lanzó la campaña anti Mundial en los famosos mupis de la ciudad. A las pocas horas alguien que trabaja en la FIFA me llamó para preguntar qué había molestado a la Alcaldesa para llevar a cabo semejante acción. Obviamente, desde Zurich se llevaron las manos a la cabeza con la ocurrencia, como también pasó en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Nadie entiende nada, salvo la señora Moriyón. A la cual le alabo que haya descubierto la palabra "crítica" porque lleva unas semanas muy activa contra la propiedad del Sporting. La última entrega fue aprovechar el desafortunado vídeo del 8M para volver a atizar al club. Seguramente en esto tuviera razón, pero sonó a oportunidad perfecta para zurrar a los rojiblancos. Casualidad que en apenas unos días se ponga tan en contra del club cuando, con los Fernández, apenas se pronunciaba. Y casualidad también que utilice el 8M cuando llegó a la alcaldía pactando con Vox, partido aperturista que lucha por la igualdad de todos, como bien es sabido… #IroníaON

Siguiendo con las excusas de antes, desde el Ayuntamiento se dejó caer que no se podía permitir ceder el remodelado estadio a la FIFA durante el Mundial. Se ve que Moriyón no está acostumbrada a las grandes citas internacionales. Desde aquí le animo a rezar a que el Sporting nunca se clasifique para la Champions, Europa o Conference League porque la UEFA también hace lo mismo que la FIFA: dos días antes de cada partido, todos los coliseos pertenecen a la UEFA.

Está claro que Gijón será una ciudad maravillosa con o sin la cita mundialista, pero es un punto de inflexión que la villa no puede obviar. ¿Qué se ha hecho en los últimos quince años para que la ciudad sea referente en algo más allá de Asturias? Cuando los empresarios empiezan a admitir en privado que Gijón no puede cerrarse la puerta mundialista es por algo. Como la hostelería, donde la gran mayoría de gestores se llevan las manos a la cabeza con lo que alguno ha declarado públicamente en los últimos días.

Los empresarios saben lo que es un plan estratégico, están acostumbrados a viajar, saben de las deficiencias locales y conocen a la perfección que un Mundial siempre tiene que ser bienvenido en la ciudad al ser bueno para todos. Y en esa línea está también la mayoría de la ciudad, que me cuesta creer que olvide esta negativa. Porque Gijón puede acabar sin ser sede del Mundial, pero que eso lo dictamine la FIFA, no el propio Ayuntamiento. Es un gesto poco hábil de cara al electorado.

El Grupo Orlegi tampoco ha hecho las cosas demasiado bien, pero han sabido rectificar. Y en el fondo queda una idea que trasciende de lo futbolístico. He estado en Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022. Sé cómo mejora una ciudad tras una cita así y, si en Gijón se hace una buena gestión, la inversión sería positiva. Pero para eso hay que trabajar y moverse, y no quedarse esperando a que un grupo mexicano venga con todo hecho.

A Foro y sus portavoces les he escuchado de todo: desde el habitual "vienen sin nada" hasta el "sólo quieren dar un pelotazo" pasando por el "no nos gusta el proyecto de remodelación del estadio". En realidad es que no gusta nada. Y es válido, pero que propongan otra cosa. Porque esperando en el despacho a que otros hagan el trabajo sólo tiene un resultado: el de la mediocridad en el que lleva sumida esta ciudad en la última década y media.

Si el evento deportivo más importante del mundo del fútbol no le interesa a Carmen Moriyón, apaga y vámonos. Pero vayámonos lejos y que le dejen el testigo a otras ciudades no muy lejanas donde la Alcaldesa empieza a tener más apoyo que en la suya. Que le de una vuelta a eso, por cierto.

Gijón se merece una alegría y el Mundial lo es. Si no, ¿por qué todas las posibles sedes están moviendo cielo y tierra por ello? Salvo Gijón, claro. Amigos del Ayuntamiento, Principado y Sporting: dialoguen y busquen una solución que será bueno para todos. Un poco de ambición, por favor.

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