Geoingeniería

El polvo lunar se puede utilizar para enfriar el clima de la Tierra

Formaría un escudo alrededor de nuestro planeta que bloquearía los rayos del Sol

El polvo lunar, ¿podría ayudar a contener el calentamiento global?

El polvo lunar, ¿podría ayudar a contener el calentamiento global? / Universidad de Utah.

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe

Una nueva tecnología propone lanzamientos sucesivos de polvo lunar desde la superficie de nuestro satélite para oscurecer el Sol y contener el calentamiento global. La idea se considera tecnológicamente posible, pero dudosamente efectiva.

Un atrevido grupo de astreofísicos propone arrojar al espacio, desde la superficie de nuestro planeta, millones de toneladas de polvo lunar, con la finalidad de contener el calentamiento global.

Para destacar la potencial ventaja de esta propuesta, ponen como ejemplo lo que ocurrió hace 460 millones de años en la región cósmica que separa a Marte de Júpiter.

Entonces se produjo una colisión de proporciones gigantescas: generó densas nubes de polvo que se cree fueron transportadas hasta la Tierra desencadenando una Edad de Hielo.

Para estos autores, esta experiencia pone de manifiesto una cosa: que el polvo cósmico puede cambiar el clima de un planeta como el nuestro. Teniendo en cuenta el calentamiento global que estamos padeciendo, como consecuencia del efecto invernadero, es una idea que merecería la pena considerar.

Técnicamente posible

Lo que no está probado es que un fenómeno de esas dimensiones se pueda generar y proyectar sobre nuestro planeta de forma controlada.

La idea que proponen estos autores, basada en una técnica utilizada para estudiar la formación de planetas alrededor de estrellas distantes, es que el polvo que se encuentra en todas partes en la superficie de nuestra Luna se utilice para bloquear alrededor del dos por ciento de la radiación del Sol y no llegue a la atmósfera de la Tierra.

Desde un punto de vista puramente físico, eso es perfectamente plausible, asegura el autor principal de este concepto, Benjamin Bromley, de la Universidad de Utah.

Considera que el polvo lunar tiene el tamaño y las propiedades materiales adecuadas para que surta el efecto pretendido: dispersar la luz solar de manera efectiva y disipar así el calentamiento planetario.

11 millones de toneladas

Bromley ha explicado a la revista Forbes que los granos lunares de menos de un micrómetro (equivalente a una milésima parte de un milímetro) tienen capacidad suficiente para interceptar la luz solar y que son los más abundantes en la superficie lunar.

Se necesitarían alrededor de 11 millones de toneladas de estos granos para lograr un efecto climático significativo, considera Bromley. Y añade: "si tomamos una pequeña cantidad de material y lo colocamos en una órbita especial entre la Tierra y el Sol y lo esparcimos, podríamos bloquear una gran cantidad de luz solar con poca masa".

Sin embargo, debido a los vientos solares, el polvo lunar no se quedaría para siempre en el lugar correcto del espacio. Eso supone que habría que renovar periódicamente el parasol hecho de polvo lunar, admiten los científicos.

Múltiples lanzamientos

Se necesitarían, por tanto, múltiples lanzamientos de polvo lunar por año, al menos para una reducción continua de la radiación solar.

Esta opción es perfectamente factible con la tecnología actual: habría que crear una base lunar encargada de recoger el polvo y disponer asimismo de un mecanismo para luego lanzarlo al espacio.

Ese mecanismo ya existe: se llama cañón de riel, un lanzador electromagnético que acelera proyectiles de acero por medio de un deslizamiento portador de corriente a lo largo de dos rieles paralelos.

Este cañón, hoy usado por la Marina de Estados Unidos, sería susceptible de emplearse también para el lanzamiento controlado de toneladas de polvo lunar al espacio en una dirección concreta, tal como lo hace con los proyectiles bélicos.

Oscurecer el Sol

El efecto pretendido de esta propuesta es oscurecer el Sol, como si se accionara un interruptor de atenuación, lo que puede ser mucho más fácil de realizar que construir naves espaciales equipadas con parasoles gigantes para bloquear la radiación solar, como han propuesto otras iniciativas.

Los autores de esta propuesta han calculado incluso que un solo lanzamiento lunar de polvo cubriría alrededor del dos por ciento de la superficie del Sol durante aproximadamente una semana.

También han previsto que, si algún lanzamiento de polvo lunar sale mal, no pasaría nada: los granos serían arrastrados por la radiación solar y se mantendrían alejados de la Tierra.

Pero si sale bien, las toneladas previstas de polvo lunar serían suficientes para crear un escudo solar suficientemente efectivo: conseguirían reducir el equivalente a seis días de luz solar por año, suficiente para moderar el calentamiento global, según sus modelos.

Cautela

Las primeras reacciones a esta iniciativa no se han hecho esperar. La profesora Joanna Haigh, profesora emérita de física atmosférica en el Imperial College London y galardonada por la Royal Society, reconoce en declaraciones a SMC que los cálculos que aporta esta investigación son rigurosos, pero descalifica la pretensión de que pueda resolver la crisis climática.

El profesor Stuart Haszeldine, de la Universidad de Edimburgo, es más irónico respecto a esta propuesta: considera que, aunque todo se haga correctamente, no conseguirá efectos significativos.

Ambos críticos advierten que estas iniciativas no deben distraernos del objetivo de reducir las emisiones de CO2 como la única forma de contener el calentamiento global, algo que también reconocen los autores de esta propuesta.

Referencia

Dust as a solar shield. Benjamin C. Bromley, Sameer H. Khan,Scott J. Kenyon. PLOS Climate, February 8, 2023. DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pclm.0000133