El Jardín Botánico siempre sorprende, y si no que se lo digan a los asistentes ayer a la primera jornada de la "Noche Mágica" de este año. Trasnos, xanas, llavanderes y demás seres fantásticos volvieron a habitar los bosques y pantanos del recinto floral. El público reunido, en uno de los lugares más especiales de Gijón, pudo conocer a fondo la historia y costumbres de estas criaturas de la mitología asturiana. "La Noche Mágica es algo único en Asturias", relató ayer Fabián Álvarez, que después de quince años, volvió al Botánico para disfrutar de un crepúsculo diferente al que se suele estar acostumbrado, "desde la última vez que estuve han cambiado muchas cosas".

La visita recorre distintos parajes de la naturaleza atlántica, en los que los espectadores van parando en escenario improvisados, para disfrutar de representaciones teatrales acompañadas de luces, música y una voz de un narrador que va relatando la historia, manías y secretos de los personajes, transportando a los allí presentes a un mundo de fantasía. Por el camino entre actuación y actuación, también podía sorprender alguna criatura mitológica, provocando sustos o carcajadas entre los asistentes. "Tanto mi hijo como yo estamos disfrutando en grande de esta experiencia", resaltó Ana Blasco, primera vez que acudía a una "Noche Mágica", "tenía ganas de venir, pero estábamos esperando a que mi hijo fuese más mayor" relató.

El recorrido de una hora se acaba haciendo corto para muchos, que no dudan en repetir en otra ocasión. "No es la primera vez que venimos, ni será la última", anunció Belarmino Huergo, uno de los afortunados que ayer vivió una noche muy especial. El público estaba compuesto por 113 personas, en su mayoría familias con niños pequeños, muchos de los cuales no dudaron en contestar a las voces de las criaturas mitológicas. Debido a la pandemia del coronavirus, el aforo se tuvo que reducir a un 75% de lo que había sido el año anterior. Además, se dividió por unidades familiares dentro del público para garantizar un espacio suficiente y disfrutar de la magia.