Lleno absoluto de "Valdesoto"

Mentiras y enredos se mezclan en "L’Enguedeyu", obra de Pepín García representada de forma magistral ante un patio de butacas a rebosar

Los de «Valdesoto», en plena  representación en Candás. | G. B.

Los de «Valdesoto», en plena representación en Candás. | G. B. / Gonzalo Bengoa

Gonzalo Bengoa

Gonzalo Bengoa

Valdesoto volvió a demostrar por qué es un "pueblo ejemplar". Dan muestras durante todo el año que lo evidencian y el pasado sábado se movilizaron, una vez más, para dar apoyo a su grupo de teatro que estrenaba su nueva función en el XXXIII Salón de Teatro Costumbrista Asturiano de Candás, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA.

Las más de quinientas localidades del Teatro Prendes se ocuparon para asistir al estreno de la compañía "Valdesoto" que estrenó "L´Enguedeyu", tercera obra que escribe y estrena en Candás Pepín García.

Lleno absoluto de "Valdesoto"

Lleno absoluto de "Valdesoto" / Gonzalo Bengoa

El autor inserta en su nueva trama elementos y matices que convierten el texto en una pieza notable del costumbrismo asturiano. En este caso un matrimonio, con una hija y un criado que mantener, se ve atosigado por las deudas mientras viven "por encima de sus posibilidades". Tras una visita inesperada ven las orejas al lobo ante la posibilidad de que les desahucien de su casa. Solo la ayuda de un primo y vecino boticario puede evitarles el problema aunque la avaricia sólo hace agravar la situación.

Mentiras, engaños, barullos y enredos se mezclan en la historia con un final inesperado por todos. Original y divertido resulta también el texto que incluye referencias a canciones que adaptan y cantan los personajes de la obra.

Pepín García interpreta a Acracio con Síndrome de Tourrette y síntomas de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y tics con movimientos y sonidos involuntarios, además de insultos incontrolados. Su ansiedad le provoca pensamientos recurrentes y persistentes y le producen inquietud y preocupación que le merman su calidad de vida.

El actor introduce todos estos matices para construir el personaje, pero sin utilizarlos como recurso cómico sino para enriquecer su papel. Un difícil reto que García consigue con maestría. Acracio está casado con Vicenta que interpreta Cristina Palacio con la solidez de una actriz que desborda energía. Ambos tienen una hija: Sofía, interpretada por la pequeña Alba Fernández, que demuestra, una vez más, que ser actriz es integrar el texto en una trama con sentido y emoción.

El boticario lo interpreta Nacho Fernández, que arrancó al público la mayor parte de las risas. El actor da una vuelta de tuerca construyendo este papel con un personaje que, enamorado del marido de su prima, busca resolver el problema que acarrea la familia.

Golpes de humor y risas también provocó Alejandro Cueto, en su papel de criado. Un actor que nos regala buenos personajes con un estilo personal que sabe apreciar el público. Jorge Vigil y Elena Villa también convencen en sus papeles y se ganaron, de forma merecida, los aplausos como el resto del reparto.

La obra incluye una escena en la que sólo se escucha música y en la que el pequeño Mateo Paniceres Noval y Cristina García interpretan a dos obreros que destapan el mobiliario de la botica y amplían una parte de la escenografía donde va a tener lugar la siguiente parte de la obra. Original, con un homenaje al cine mudo. La escenografía de "Valdesoto" vuelve a ser un acierto con un trabajo al detalle.

Ovación y aplausos para una compañía que en pocos años se ha hecho imprescindible en el Salón de Candás.

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