Al mal tiempo, buena fiesta: así ha sido la Jira de Trasona 2024

«Tenemos 20 años, el agua no nos va a parar", aseguran los asistentes a la tradicional fiesta corverana

Un año más, el embalse de Trasona ha vuelto a acoger su tradicional Jira, aunque este año ha sido más descafeinada que de costumbre. La amenaza de lluvia ha hecho que mucha gente haya decidido quedarse en sus casas, pero aun así han sido muchos los fieles que se han afanado en la cocina para preparar sus empanadas y tortillas y disfrutar de una buena comida en los praos que rodean al pantano. Por suerte para ellos, el tiempo les ha respetado, lo que les ha permitido vivir un gran día en familia.

«Tenemos 20 años, el agua no nos va a parar. Hay carpa para no mojarnos y tenemos ganas de pasarlo bien, el resto no importa». En el área recreativa de Gabitos la amenaza de los nubarrones no hizo que los más jóvenes decidiesen preparar la merienda y disfrutar del día festivo. Y es que, a las 16.00 horas, arrancó «El Pantanazo», unes festival de electrónica que hizo las delicias de los que preferían vivir la Jira de Trasona de otra manera.

«Para mí está es una de las fiestas grandes del año, es como el chupinazo a las fiestas de prao. No se puede faltar, por mucho frío que haga», señaló Erik García, de Cancienes, que escanciaba sidra a sus amigas antes de que arrancasen los djs. «La cosa por ahora está un poquito apagada, pero confío en que, cuando salga más el sol, esto se llene. Siempre hay un gran ambiente y es algo súper sano, no hay malos rollos», apuntó el corverano. Mientras, Sara González lamentaba que hoy hubiese clase.«Es una pena, porque si se celebrase ayer (por el martes) lo podríamos disfrutar mucho más, porque así tendríamos un día para descansar. Hoy habrá que irse prontito para casa, que hay que ir a la universidad», señala la ovetense.

En la zona de Overo el ambiente era mucho más tranquilo, con varias familias instalando su comida en los diferentes comedores del área recreativa. «Es algo que hacemos todos los años, da igual que llueve o granice. Hay que venir sea como sea», comenta Nacho Sierra, que junto a su nieto Asier trataba de poner la mesa mientras su hija iba al coche a por el resto de menesteres. «Es una pena que el tiempo parezca que nos quiere aguar la fiesta, de normal este prao estaría lleno. Pero bueno, así se puede estar más tranquilo, afirmó.