El consumo de la histórica bebida regional, a debate

El sector sidrero teme que el "euroculete" afecte a la calidad final de la sidra

"No le vemos recorrido", dicen en el consejo regulador de servir culinos a un euro

"La parte cultural desaparece", lamentan los escanciadores

Los hosteleros asturianos indignados con el "euroculete": "La parte cultural desaparece"

Agencia ATLAS

Marta Cercadillo

El "euroculete" ha agitado al sector sidrero asturiano. La iniciativa de Carlos González, hostelero de Oviedo que ha apostado por servir culinos a un euro en su establecimiento para satisfacer la demanda del turista, sorprende y causa polémica a partes iguales. "Hay muchas formas de consumir sidra, pero el arraigo en Asturias es escanciarla para beberla en un chigre rodeado de gente mientras se habla y se come". Estas son las palabras con las que el antropólogo y profesor de Antropología en la UNED, Xuan de Con, resume el significado de la cultura sidrera que, aunque sea tradición, ha ido cambiando para adaptarse a las nuevas exigencias de la sociedad y, sobre todo, del turismo, como es el caso del hostelero ovetense.

Su idea, sin embargo, no entusiasma demasiado al sector sidrero preocupado, según explica el presidente de la Asociación de Escanciadores de Sidra de Asturias, Saúl Moro, porque "la calidad final del producto se vea perjudicada". "Este tipo de medidas que están pensadas para el turismo y para el turista repercuten en una pérdida de calidad, ya que este sistema no está dentro de los estándares", añade Moro, comparando al servicio de sidra por culete con otro tan incorrecto como el que "ofrecen cafeterías que no escancian la sidra o que dan botellas que no cumplen con la temperatura adecuada". "Es una forma más de desperdiciar el producto estrella de Asturias. La parte gastronómica y cultural desaparecen totalmente".

Uno de los principales motivos que explican esa disminución de calidad es que la botella se queda abierta más de los 5 o 10 minutos que, normalmente, se tarda en beber. "Esta idea funcionaría para aquellas sidrerías que saben que se va a consumir la botella entera rápido", cuenta Luis Benito García, profesor de Historia Contemporánea y director de la Cátedra Universitaria de la Sidra de Asturias de la Universidad de Oviedo. "Pero si la botella se queda abierta, se pierde toda la esencia y no se aprecian todas las cualidades de la sidra", apunta. Defiende también la cuestión económica como una de las razones de peso que hacen del sistema tradicional el mejor que existe. "La modalidad del servicio por botella es la más adecuada, porque el coste por botella es el más rentable. Además, culturalmente el servicio por culete no tiene nada que aportar al de botella. Al que le guste realmente la sidra seguirá con la botella", asegura García.

Si bien los partidarios de este sistema alegan que se aplica porque los turistas, aunque quieran probar la bebida astur, no se atreven a pedir una botella entera, a juicio del académico, un euro por vaso es un precio excesivo que no compensa. "No creo que el coste de una botella suponga un gran gasto para los turistas. Se lo pueden permitir. El precio por vaso es de un euro, y el de la botella ronda los 3 o 4 euros", explica.

"De una botella se suelen sacar unos 6 culetes, es decir que el precio por culete debería ser de unos 60 céntimos para cumplir con el precio estándar ", calcula el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias, Víctor Ramos. Para él, el debate sobre el "euroculete" ni siquiera existe. "No le veo más recorrido. Es original, y si es para los turistas no está mal. No veo que afecte al concepto tradicional de sidra, siempre y cuando esa sidra sea de buena calidad y se escancie bien", apunta Ramos. "Las únicas pegas que veo serían el precio, que considero que debería ser menor que el que tiene ahora, y que lo que se ofrezca provenga de una botella que se haya quedado abierta o que lo que se dé sea el último culete", concluye.

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