La estación de Oviedo es "bananera" para el AVE y "hay que tirarla", afirman los expertos

"Los asturianos merecen una terminal de la misma categoría que las de Vigo, Córdoba, León o Logroño", clama el arquitecto José Ramón Fernández Molina

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Ramón Díaz

Ramón Díaz

"La actual estación de tren de Oviedo es bananera y no está preparada para la llegada de la alta velocidad; los asturianos merecen una de la misma categoría que las de Vigo, Valladolid, León, Córdoba o Logroño", destaca el arquitecto José Ramón Fernández Molina. Su propuesta: "Tirarla y construir otra", aunque sea a largo plazo, o, cuando menos, abordar un "proyecto urbano integral" en la capital asturiana. Y, mientras tanto, habilitar una terminal provisional en Mieres o en Llanera.

El de la estación de la calle Uría es un problema "político y funcional", que para solucionarse requiere "voluntad política, dinero, ideas claras y gente valiente". Fernández Molina ha elaborado un trabajo que ha titulado: "Propuesta de contratación de un estudio previo relativo a la definición de estrategias para una remodelación integral de la estación de Adif en Oviedo". Pero, aunque la remodelación –o derribo– de la estación deba ser un proyecto a largo plazo, la llegada del AVE, el próximo mes de noviembre, va a provocar "una onda expansiva en la ciudad" y "hay que estar preparado para ello". De ahí que lance otras propuestas para aplicar a corto plazo.

El punto de partida, la realidad actual, es una estación que se construyó "de manera torpe", con "diseño cero". "El resultado no es ni siquiera una buena nave industrial, sino una especie de subproducto", resalta Fernández Molina, quien exige para Oviedo un proyecto como los que se han ejecutado en ciudades como Córdoba y Logroño, donde se han construido "estaciones bajo rasante, con generación de espacios urbanos sobre rasante y recuperados para la ciudad". O como las nuevas terminales de Valladolid y León, donde se ha optado "por una remodelación de las existentes, al conservar sus cualidades funcionales compatibles para recibir la alta velocidad además de relevantes valores patrimoniales vinculados a la Arquitectura del Hierro". En su opinión, "los ovetenses, los asturianos tienen derecho a esa misma calidad en los servicios".

El arquitecto José Ramón Fernández Molina, en Oviedo. | Ramón Díaz

El arquitecto José Ramón Fernández Molina, en Oviedo. | Ramón Díaz / Ramón Díaz

En Oviedo, la actual estación, que data de los años cuarenta del siglo pasado, "con un aire de ‘revival’ neoclasicista muy propio del antiguo régimen franquista" y un añadido "de ínfima calidad arquitectónica" desde el punto de vista de la ingeniería. Un añadido "sin conectividad espacial con el área de andenes ni captación y proyección de luz natural sobre los mismos", describe el arquitecto en su propuesta, desvelada ayer por este periódico. Posteriormente la operación urbanística de supresión de la barrera ferroviaria entre la trama urbana de la ciudad y la zona del Monte Naranco, dio lugar a la Losa, inaugurada el 24 de mayo de 1999, y trajo aparejada la actual configuración de la estación. "Hubo decisiones impropias y poco previsoras", lamenta.

De tal manera que la llamada a ser la estación central del AVE en Asturias, por cuestiones de centralidad regional y rango urbano, parte "con un severo pie forzado". Descartada cualquier otra localización para implantar una nueva estación en un entorno más amplio y libre de edificaciones que permitiría diseñar un área logística exterior con prestaciones de conectividad de transporte público urbano y privado adecuados, la decisión tomada en su día con la integración intermodal, fallida hasta ahora, entre la estación de autobuses y la de ferrocarril del Norte "limita gravemente un funcionamiento de prestaciones funcionales de una ciudad capital de una comunidad autónoma", apunta Fernández Molina.

Una de las escasas ventajas de la estación de la calle Uría es su "ubicación privilegiada con respecto a la trama urbana". La ausencia de una plaza espacialmente generosa como antesala exterior intermodal de la terminal, deberían ser revisadas "pese a las dificultades intrínsecas que presenta este sector urbano", indica Fernández Molina, quien plantea la necesidad de que Oviedo y Asturias dispongan "de una infraestructura ferroviaria de rango europeo, en línea con los niveles de servicio que aporta la alta velocidad y en razón igualmente del potencial arquitectónico y funcional que puede aportar a la ciudad".

De ahí su demanda: "Desde el ámbito político regional y local debe exigirse a Adif, y por elevación al Ministerio de Transportes, una propuesta de nueva estación fruto de una profunda remodelación de las instalaciones actuales, de ínfima categoría proyectual y más bien un remiendo que un equipamiento público arquitectónicamente relevante como ya poseen otras ciudades y regiones de rango equiparable a Asturias". Ese objetivo de remodelar la actual estación o, si así se decidiera, levantar una nueva "bien merece un concurso de ideas, aunque sea restringido", añade.

"Hay que hablar de un proyecto de ciudad, aunque sea a largo plazo. Alguna vez hay que hacerlo, porque hasta ahora todo han sido remiendos", expone Fernández Molina, quien considera que la actual estación ya está "amortizadísima", por lo que considera que la mejor solución sería "tirarla" y construir otra, "humanizada y funcional". Indispensable para conseguirlo es que el presidente del Principado, Adrián Barbón, y el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli vayan "de la mano", porque hasta ahora Adif ha estado "sordo, no escucha".

¿Qué se podría hacer de aquí a noviembre, cuando está previsto que llegue la alta velocidad a Asturias? Fernández Molina sugiere "no hacer nada, porque no hay tiempo".Iniciar un proceso de análisis y planificación y, si acaso, ejecutar "unos mínimos": pintar toda la estructura, aclararla y adecentarla de forma provisional "para después meterle mano a fondo". Y empezar a buscar fórmulas de acceso para los distintos tráficos, discriminarlos y acercar los autobuses a la estación.

Otro "instrumento de mejora" que podría aplicarse antes de noviembre es la iluminación artificial. "Hay posibilidades tecnológicas para animar el edificio, cambiar de color, pintarlo de blanco o de colores, jugar con el cromatismo… Este espacio puede convertirse en sugestivo y agradable con el tratamiento de la luz, porque abrir huecos serían palabras mayores,", expone.

Fernández Molina destaca que todas las propuestas y estudios que plantea tendrían que haberse iniciado "hace mucho tiempo, hace diez años como mínimo". Ahora lo que hay que hacer es "cambiar el paso, hacer las cosas como no se están haciendo", dice.

El objetivo ha de ser "afrontar un proyecto de futuro, una estación como nos merecemos. No se trata de diseñar una nueva estación dentro del actual recinto, sino de implantarla en un contexto urbano, de impulsar una operación de dimensión urbana", aclara. La llegada del AVE requerirá una "expansión espacial" de una terminal que ahora tiene "muy poco espacio disponible". Será "una gran ocasión para realizar una excelente obra de arquitectura e ingeniería en esta ciudad, algo que hace mucho tiempo que no tenemos, pues las últimas que se han hecho, como el Calatrava o el Auditorio, son lamentables", critica.

¿Que hacer mientras la estación de Oviedo se remodela o se reconstruye? Fernández Molina propone habilitar una estación provisional. Su apuesta es la zona de Rey Castro, en Mieres, donde opina que se podría desarrollar "un gran parque empresarial de última generación", lo que revitalizaría la Cuenca del Caudal.

Otra ubicación alternativa sería Llanera, donde algunos ferroviarios defienden que debería ubicarse la estación central de la alta velocidad en Asturias, junto al parque tecnológico de Lugo. Y desde Mieres, Llanera o el lugar que se elija para la estación provisional, "lanzaderas que enlacen con el resto de la región". Porque cualquier otra cosa que se ejecute en la estación de Oviedo no dejarán de ser "más remiendos" y que los asturianos sigan teniendo "peores servicios" que las demás ciudades a las que ha llegado la alta velocidad.

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