Educación espera iniciar en un año las integraciones a las escuelinas

Vox acusa al Gobierno de querer "lavar el cerebro a los bebés para adueñarse de sus mentes y meterles su basura ideológica"

La escuelina de Cangas de Onís.

La escuelina de Cangas de Onís. / J. M. Carbajal

En el calendario ideal de la Consejería de Educación, estaría bien que los convenios con los ayuntamientos para certificar su integración en la nueva red de escuelas infantiles de titularidad autonómica empezaran a suscribirse dentro de aproximadamente un año. "Allá por febrero o marzo" es el plazo estimativo que ayer dejó en la Junta la consejera del ramo, Lydia Espina, a la que una interpelación de Vox condujo a dar detalles sobre las escuelinas durante la sesión de control al Gobierno a la Junta. El horizonte de un año es aproximado porque para pasar a esa fase es imprescindible que el parlamento haya aprobado antes la ley que dará cobertura normativa al nuevo entramado educativo y que aún estará en información pública hasta mediados de este mes.

El Gobierno espera tener superado ese trámite en torno a finales de año para empezar a continuación a plasmar las condiciones de incorporación de las escuelas que ahora gestionan los ayuntamientos y fundamentalmente la integración de sus plantillas, "personalizando las individualidades de cada uno de ellos", precisa Espina, entrando en la que hasta ahora es la zona más incierta de un proyecto que debe resolver las disparidades salariales de las plantillas que ahora prestan servicio en las escuelas municipales. Algunos ayuntamientos deberán hacerse cargo de la parte de los sueldos de las trabajadoras que exceda el límite hasta el que puede pagar el Principado, el establecido en su convenio, y son esas condiciones, entre otras, las que el Ejecutivo debe acordar con los rectores municipales que decidan integrarse en la nueva red autonómica, pública y gratuita.

Mientras prepara la apertura, a partir de septiembre, de los primeros 31 centros que gestionará directamente el Principado, Espina advierte una vez más de que la integración posterior de las escuelinas municipales depende inexcusablemente del éxito de una ley para la que ayer pidió a los grupos de la Junta su apoyo. Sin ella, y sin integración, repitió, los perjudicados serían los ayuntamientos, "que se tendrían que quedar con la gestión".

La titular de Educación dio así la réplica a la nula disposición a apoyar el proyecto que había mostrado en su interpelación Javier Jové, diputado de Vox. La Consejera optó por responder con tono didáctico y explicativo al ardoroso discurso en el que el parlamentario empezó llamando "guarderías" o "jardines de infancia" a lo que el Principado considera escuelas y denostó la red por "mastodóntica, cara, rígida e ineficiente" para pasar a dar por hecho que detrás del proyecto "subyacen motivos ideológicos". "Quieren lavar el cerebro a los bebés para adueñarse de sus mentes y meterles su basura ideológica", les espetó previniéndose contra el uso de la red para impartir contenidos en asturiano o sobre la Agenda 2030 y la ideología de género. Exhibió un libro sobre la masturbación supuestamente utilizado en la educación infantil y completó el alegato asegurando que "están ustedes enfermos, son una banda de degenerados".

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