Las familias dan la bienvenida a la nueva red de escuelinas y quedan atentas a su "desarrollo"

La consejera de Educación percibe "muy buenas sensaciones" y se alegra de que el PP "salga de su senda de involución" apoyando el proyecto

Por la izquierda, Lydia Espina, Gema Valdés, Esther Pérez, vocal de Oviedo de la FAPA «Miguel Virgós», y Aizpea Berasarte, auxiliar de la entidad.

Por la izquierda, Lydia Espina, Gema Valdés, Esther Pérez, vocal de Oviedo de la FAPA «Miguel Virgós», y Aizpea Berasarte, auxiliar de la entidad. / LNE

De entrada, la música suena bien. El proyecto de la nueva red autonómica de escuelas infantiles es "una buena idea" en el papel sobre la que "no se ha oído ninguna queja" en la Federación de Asociaciones de Padres Alumnos (FAPA) "Miguel Virgós". La presidenta de la entidad, Gema Valdés, escuchó ayer en una reunión con la consejera de Educación, Lydia Espina, los detalles de un plan que con el tiempo puede llegar a tener algún demonio escondido en los detalles, pero que en este estadio inicial y teórico merece el apoyo decidido y sin fisuras de las familias. "Será el desarrollo lo que pueda traer alguna dificultad o más casuística", señala, cuando empiecen a concretarse las integraciones de los ayuntamientos, pero por ahora el enunciado sólo deja a la vista las ventajas.

Desde la óptica de los padres y las madres, se agradece que la apertura de los primeros centros de titularidad autonómica, en su primera fase del próximo curso, venga de entrada a incrementar la oferta y "a ayudar a rebajar la lista de espera" que las escuelinas municipales acumulan ahora en las grandes ciudades. "Puede que no la lleguen a cubrir del todo", pero será un auxilio para la conciliación, valora Valdés, que también confía en que, a la larga, la unificación de la gestión en el Principado proporcione un servicio "más homogéneo" y libre de las diferencias que ahora puede presentar en función de los municipios que se hacen cargo de los centros. A su vista, tiene sentido además que toda la red caiga bajo el paraguas de la Consejería de Educación, toda vez que ahora "no se entendía" la permanencia de cuatro escuelas –dos en Oviedo, una en Gijón y otra en Avilés– bajo la tutela de la de Derechos Sociales y Bienestar.

La presidenta de la FAPA celebra en el mismo sentido su impresión de que los ayuntamientos están mayoritariamente por la labor de sumarse al proyecto del Principado y añade, esto sí, que quedan unos cuantos detalles por aclarar, todos relativos a la integración de las escuelas cuya gestión tienen ahora los municipios. Habla de "cómo se van a subvencionar los gastos de mantenimiento, que seguirán al cargo de los ayuntamientos, o cómo se solucionarán las diferencias salariales entre trabajadoras de distintos municipios", y de la "carrera de fondo" que se le adelanta a la Consejería de cara a la apertura de sus primeras 31 escuelinas en 30 concejos –compra de mobiliario, contratación de personal y de servicios– mientras trata de cumplir los plazos para tener aprobada antes de fin de año la ley que ha de dar paraguas normativo a la red para, justo a continuación, empezar a suscribir convenios con los ayuntamientos para el traspaso de los centros. La ley da un plazo de dos meses desde su entrada en vigor al Consejo de Gobierno para aprobar un "convenio tipo" con ayuntamientos, con lo que éstos podrían empezar a firmarse, más o menos, dentro de un año.

De momento, ayer, después de su reunión con los representantes de las familias, la consejera de Educación valoró "muy positivamente" el encuentro, el respaldo de la FAPA y "la importancia de explicar el contenido de la ley a todos los agentes implicados". Con "muy buenas sensaciones", Lydia Espina repitió que la nueva red hará "historia, marcando un antes y un después a una petición de más de 20 años de los propios ayuntamientos" y beneficiando "a las familias y el alumnado, que es el verdadero protagonista". "Me alegré mucho", subraya la Consejera, de que el "PP salga de su senda de involución" y con el anuncio de que dará su apoyo en la Junta al proyecto de ley "se una a políticas de progreso como ésta". En la misma dirección, afirma, "todos los ayuntamientos están siendo muy comprensivos".

"Las condiciones que ofrece el Principado ahondan en la brecha salarial", alertan las trabajadoras

Las técnicas superiores en educación infantil que prestan servicio en las escuelinas han hecho llegar al Principado una batería de reclamaciones que su inclusión en los cuerpos docentes de la Consejería de Educación, y no de la competente en función pública, y una negociación de las condiciones laborales previa a la absorción del personal por parte de la Administración autonómica. Un grupo de 450 docentes firma un escrito de alegaciones al proyecto de ley de la nueva red de escuelas en el que también se reclama, entre otras soluciones, una para las trabajadoras interinas de centros municipales cuyos ayuntamientos no han emprendido procesos de estabilización. Para establecer "una verdadera homogeneización de las condiciones laborales de las técnicas superiores de los diferentes municipios", abundan, piden ser incluidas en la categoría B, para la que se exige el título de técnico superior. Hasta ahora, señalan, "los sueldos y condiciones que se ofrecen ahondan en la brecha salarial y precarizan a un colectivo feminizado como el nuestro, puesto que suponen un agravio comparativo con otros colectivos de técnicos superiores, como los forestales, a quienes sí se les reconoce la categoría B". Su escrito pide, por lo demás, "la creación de un vínculo profesional con la Administración que aporte estabilidad laboral al personal de las escuelas, teniendo la consideración de personal laboral fijo o funcionario de carrera" o una garantía de estabilidad mediante "un acuerdo de interinos similar al que tienen el resto de etapas educativas".

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