Mayte Gonzalo, de la Asturgalaica: “Muchos avilesinos no saben dónde está el albergue”

La presidenta del colectivo encargado del refugio de peregrinos agradece a los vecinos del centro el reconocimiento a su labor: “Es un orgullo”

Mayte Gonzalo, en el barrio de Sabugo.

Mayte Gonzalo, en el barrio de Sabugo. / Mara Villamuza

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

Mayte Gonzalo llegó a la ciudad siendo muy cría desde Arija (Burgos): “Allí no teníamos nada y aquí nos acogieron. ¡Bendito Avilés!”, exclama. Muy joven, tanto como necesitó el permiso paterno por escrito, se puso a trabajar. Tenía 14 años. Nunca se le cayeron los anillos. Allá por el setenta y seis del pasado siglo, con un Hospital San Agustín aún en pañales, se sumó a la plantilla del centro. Primero fue planchadora. Aunque llegó a la jubilación como coordinadora de celadores. Y nunca dejó de disfrutar de la vida. Mayte Gonzalo se mira en el espejo cada amanecer y se llama guapa mientras pone en orden sus cabellos rubios y con mechones tintados de rebeldía. Nunca pasa desapercibida. Y no es por su estatura ni por su coquetería innata que alimenta con joyas y complementos, que también. Es que es llamativa, distinta y eternamente moderna, y lo lleva con orgullo, junto a esa filosofía vital que le insufla aliento.

Gonzalo lleva ya años al frente de la asociación Asturgalaica, un colectivo que actualmente suma unos ochenta socios y que es de piernas inquietas: un día hacen una etapa del Camino por aquí, otro día por allá. Solo les ha parado el covid. El día 12, por ejemplo, prevén ir a Covadonga; el 16 de enero empezarán de nuevo su peregrinación a Santiago por la ruta de La Plata, en Semana Santa prevén realizar alguna salida cultural...

Fue precisamente una caminata hasta la plaza del Obradoiro compostelana la que les impidió estar el pasado 27 de noviembre en la gala organizada por los vecinos ligados a la asociación “Pedro Menéndez” en la que les otorgaron un galardón por su labor cultural en defensa y promoción del Camino de Santiago.

“Desde aquí queremos agradecerles el reconocimiento. Yo cuando me enteré lloré, nos hizo mucha ilusión: es un orgullo que se fije en tu trabajo gente del pueblo. Eso es mucho, muy grande”, subraya.

Miembros de la Asturgalaica, en el Obradoiro el pasado 27 de noviembre.

Miembros de la Asturgalaica, en el Obradoiro el pasado 27 de noviembre. / M. Mancisidor

Y es que Gonzalo tiene una espina clavada: “El albergue está precioso, está nuevo. Y es una lástima que muchos avilesinos no sepan aún dónde está. A todos ellos les invito a visitarlo, a vecinos, a niños de colegios…”, sentencia esta mujer que fue peregrina antes que presidenta de una asociación “que es una piña”. “Somos una gran familia”, precisa esta arijana que tiene la tatuada la palabra “agradecimiento”: “A Raquel Ruiz, concejala de Avilés, por su ayuda. A los hospitaleros y peregrinos, todos nos aportan algo, a la directiva, a los socios…”.

Su trabajo lo respaldan los caminantes, cada vez más numerosos en Avilés. Este año, aún con la resaca de la emergencia sanitaria, por el refugio de peregrinos de la avenida de Cervantes pasaron unos 2.000 peregrinos desde el mes de junio, cuando reabrió sus puertas. En noviembre, como dato significativo, cien.

Actualmente tienen sus puertas abiertas de cuatro a ocho de la tarde, y será a partir de abril cuando ampliarán el horario coincidiendo con la mayor afluencia de peregrinos.

“Estos días aprovechamos para realizar pequeñas tareas de acondicionamiento, pero el albergue está impecable”, reitera esta mujer que es un torbellino, pura felicidad, aunque las cosas no le vinieron fáciles de fábrica. “Lo que tengo me lo gané”, precisa Mayte Gonzalo, madre y viuda que canta, baila y ríe a la vida. Y también llora: “Como con el premio que nos han otorgado los vecinos del centro, por emoción”.

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