La energía solar despega en la comarca avilesina impulsada por la carestía de la electricidad

“Hay un boom de la fotovoltaica y urge proporcionar seguridad jurídica a los proyectos que puedan cuajar”, defiende el ingeniero Rubén Fernández

paneles solares

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Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

La multinacional Du Pont proyecta un parque de energía solar del tamaño de veinte campos de fútbol, la empresa Galvanizados Avilés –ubicada en la margen derecha de la ría– ha decidido adelantar la inversión para dotarse de placas fotovoltaicas incluso a riesgo de perder las ayudas públicas a las que tendría derecho por pasar a consumir energía renovable y decenas de pequeños empresarios consideran seriamente, si no lo han hecho ya, instalar sistemas de autogeneración eléctrica en sus naves para lograr ahorros en su factura de electricidad, que en algunos casos se ha multiplicado hasta por tres.

Estas son algunas muestras del “boom” que experimenta en la comarca la energía solar, pero no las únicas: también los particulares se interesan por las condiciones en que podrían poner paneles solares en sus propiedades y reducir la dependencia de la red eléctrica convencional. Lo constatan los profesionales que brindan asesoramiento técnico o certifican la eficiencia energética de los inmuebles, desbordados de trabajo desde hace unos meses.

“Sí, es cierto, tenemos mucha carga de trabajo; en nuestro caso, fundamentalmente de la Administración Pública, pero también de empresas”, comenta Rubén Fernández Alonso, fundador junto a Nicasio Aspe Llavona en 2013 de Runitek, una firma de ingeniería corverana especializada en instalaciones, calificación, certificación y auditorías energéticas. La empresa, constituida con modestia, ya cuenta con una plantilla de diez personas y trabaja tanto dentro como fuera de Asturias. “Buscamos ingenieros proyectistas especializados en instalaciones eléctricas y mecánicas para aumentar la plantilla y poder atender la creciente demanda de proyectos”, asegura el responsable de Runitek.

El principal estímulo para pasarse a la energía solar es el encarecimiento que ha experimentado la electricidad convencional, pero también influye la existencia de variadas e importantes ayudas públicas.

En opinión tanto de Fernández Alonso como de la también ingeniera Nerea López –una emprendedora que montó hace seis meses una agencia de certificación energética en Corvera– ,“el principal estímulo para pasarse a la energía solar es el encarecimiento que ha experimentado la electricidad convencional, pero también influye la existencia de variadas e importantes ayudas públicas que pueden llegar a sufragar el 60 por ciento de la inversión en el mejor de los casos”.

Y como telón de fondo, la descarbonización que pregona Europa y de la que España es alumna aventajada: “Comienza a calar la idea de que hay que pasarse a las energías renovables”, opina el avilesino Javier Fernández-Font, dueño de una empresa que fabrica y monta las estructuras de los paneles fotovoltaicos.

El “boom” fotovoltaico ha puesto de manifiesto también que pocos ayuntamientos tienen regulación expresa para la materia: “Existe una laguna normativa sobre la instalación de estas estructuras y en consecuencia urge dotar de seguridad jurídica al sector”, reseña Rubén Fernández.

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