Marina, la asturiana a la que la huelga judicial frenó su cambio de sexo: "Siento que solo me falta la ‘F’ en el DNI"

La castrillonense Marina González, que lleva 15 meses como mujer, volverá a intentar en unos días tramitar la cita en el Registro Civil, tras entrar en vigor la ley Trans

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A. Rubiera /

Marina González Alonso, 20 años, nacida en Castrillón, iba a ser una de las primeras asturianas en hacer uso de los beneficios de la conocida como ley Trans que entró en vigor hace dos días. Se iba a cambiar el sexo en el Registro Civil. Igual que se cambió el nombre.

Pero la huelga judicial le ha impedido lograr esa anhelada cita. No le impedirá, en todo caso, que lo vuelva a intentar la próxima semana. Porque está ilusionada. De hecho, "personalmente, lo que más aplaudí de la ley es que te permita hacer ese cambio de sexo registral sin exigir el tiempo de hormonación que se pedía hasta ahora". Es lo mejor, sostiene Marina.

Sin la nueva ley aprobada en España, Marina no hubiera podido aspirar tan pronto a tener esa "F" en el DNI, que es "lo único que falta" para ser una mujer a todos los efectos. Puesta a valorar, lo sustancial para ella fue cambiar el nombre "ya que es lo que más se usa para representar a una persona; al género en el DNI no se le suele dar tanto valor, pero sí que lo veo importante para que en cualquier tema legal conste que soy una mujer y no lo contrario".

Para Marina lo sustancial fue cambiar el nombre "ya que es lo que más se usa para representar a una persona" pero ve importante cambiar el género en el DNI "para que en cualquier tema legal conste que soy una mujer y no lo contrario"

No le cuesta contar que es una mujer trans, no le importa dar su nombre completo, pero evita la fotografía porque no tiene trabajo fijo y no quiera que ningún prejuicio le pueda poner difícil esa estabilidad laboral. Y eso que en la actualidad cubre vacaciones en una clínica veterinaria y se siente totalmente aceptada. "En cuanto hubo un mínimo de confianza lo conté todo, sin pelos en la lengua; lo veo importante para dar a conocer y hacer ver nuestra realidad".

Fue hace quince meses cuando Marina decidió que tenía que ser valiente y romper con un nombre, una forma de vestir y unos hábitos que la hacían infeliz. "Me di cuenta hace bastantes años de lo que me pasaba, pero intentaba evitar pensar en ello. Sabía que era algo que iba a traerme bastantes cosas negativas en la vida diaria y fui alargando el dar el paso hasta que hubo una gota que colmó el vaso". Lo deja ahí.

"Me di cuenta hace bastantes años de lo que me pasaba, pero intentaba evitar pensar en ello. Sabía que era algo que iba a traerme bastantes cosas negativas en la vida diaria y fui alargando el dar el paso"

Era el 15 de noviembre de 2021. "Di el paso de cambiar de vestir y demás hábitos. Y a partir de ahí ha sido todo como ir reafirmándome. Llevo tres meses hormonándome y de momento estoy muy contenta con el proceso", cuenta. No se plantea por ahora intervenciones quirúrgicas y solo quiere dejar pasar el tiempo y ver cómo evoluciona todo. Reivindica por eso que se respete a quien no quiere hormonarse. "La ley incluye muchísimas cosas buenas pero sobre todo es importante que no te exijan hormonarte para hacer el cambio registral porque puede haber gente que sí necesita ese reconocimiento documental, pero no necesita tomar nada y nadie tiene por qué obligarte, como antes".

Del tema más peliagudo, que la ley contemple la autodeterminación de género para los menores de 16 años –con 14 años ya podrán ir al Registro Civil a pedir cambio de sexo, aunque tendrán que hacerlo con sus padres– Marina lo tiene claro. "Los menores tienen el mismo derecho que yo a manifestar quiénes son y a vivir su identidad y su género. A mis 16 años yo ya lo sabía. Perfectamente. Pero no tenía ni las herramientas psicológicas para llevarlo adelante, ni el apoyo que necesitaba en ese momento. Sí que hubiera hecho el cambio, pero no era el momento para mí".

Influían sus dudas, sus temores, y también que un amigo cercano que era trans "dio el paso un año y medio antes que yo, y en él vi todo lo negativo de un proceso así. Es algo que me daba mucho miedo. Y en mi propio entorno escuchaba comentarios tránsfobos que, aunque no eran dirigidos a mí, hacían que me echara aún más para atrás".

El 15 de noviembre de 2021 "di el paso de cambiar de vestir y demás hábitos. Y a partir de ahí ha sido todo como ir reafirmándome. Llevo tres meses hormonándome y de momento estoy muy contenta con el proceso"

De toda esa incomprensión excluye a su familia, que "me lo puso bastante fácil, la verdad. Hubo algún problema con la paterna, pero el apoyo de mi madre, mi hermana y la familia más cercana ha sido total".

Marina no entiende que alguien tema a la ley Tran por si puede confundir a la juventud. "En mi opinión sirve para lo contrario, para que si alguien está confundido tenga con quién identificarse y vea que no está solo. No creo que otro tipo de problemas vayan a derivar en un cambio de sexo". Hasta ve conveniente que la norma contemple que no haya trabas si uno se arrepiente una o varias veces de haber hecho un cambio de sexo. "Opino que de todo hay en esta viña del señor y en la vida se evoluciona", dice con gracia. Aunque en su caso, no tardó nada en deshacerse de aquel DNI con nombre masculino "y de todo lo que no pusiera que soy Marina".

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