El Faro de Avilés cumple 160 años

"Las vistas desde el faro son impresionantes. Se puede ver la desembocadura de la ría de Avilés, la peña La Deva y el cabo Vidío". "Es un sitio muy agradable para ir por las tardes, se puede observar la entrada de embarcaciones". "Pasear por su entorno es una auténtica maravilla". Así describe la gente que lo frecuenta el faro de Avilés. Y es que cada vez son más las personas que disfrutan de la singular panorámica que se tiene de la costa desde el faro y desean conocer su historia. "Muchos de nuestros visitantes al Espacio Portus preguntan por la historia de nuestro faro. Por eso realizamos itinerarios didácticos por el paseo de la margen derecha, donde vamos profundizando y enseñando la historia y el patrimonio del Puerto de Avilés; y también, cómo no, de la historia de nuestro faro, ya que se trata de un edificio y un lugar con mucha historia", explica el gestor de Espacio Portus, Nicolás Alonso.

La existencia del faro de Avilés –también conocido como de San Juan– comienza en 1861, cuando su construcción salió a subasta con un presupuesto de 97.256 reales y fue elegido el sitio donde ubicarlo: en la punta de Castillo, donde estuvo la antigua torre de San Juan. Cuando los empleados empezaron a desbrozar el sitio para la construcción, encontraron restos de una batería de artillería abandonada y arruinada que había sido usada para defender la ría de los ataques de corsarios ingleses. Al final, dichas baterías se recuperaron y forman parte del edificio del faro. Al cabo de dos años, el 31 de agosto de 1863, el faro se encendió por primera vez. Entonces tuvo una luz fija roja con un alcance de 10 millas producida por una lámpara de aceite de oliva. Tendrían que pasar otros 20 años para que la sustituyeran por otra de parafina. Otra fecha importante es el año 1926, cuando al faro llegó la electricidad. En 1944 dotaron a la parte alta de la torre de una sirena electromagnética. El año 1957 quedó para la historia del faro gracias a la instalación de una linterna aeromarítima.

El faro de Avilés es un icono costero de la villa avilesina. Sin sus destellos no se puede imaginar la villa, ni la ría. En 2010 fue uno de los seis faros seleccionados por Correos para su colección de faros españoles, junto a los de Lugo, La Palma, Alicante, Almería y Menorca. En total se hicieron más de 300.000 sellos con la imagen del faro de Avilés.

Hoy en día la iluminación del faro alcanza 20 millas marinas, que son casi 40 kilómetros. El faro consta de una torre de señales unida a un edificio de una sola planta cuadrada, con tejado a cuatro aguas. La torre cuenta con una base rematada en piedra y de planta cuadrangular con las esquinas achaflanadas, tomando luego una forma tronco-piramidal. Todo el conjunto se remata con un lucernario construido a base de estructuras metálicas y cristal. Con los años ha ido sufriendo modificaciones y ampliaciones, como el nuevo edificio construido en el año 1917, el inmueble que albergó el semáforo de señales marítimas o el cierre que rodea todo el recinto.

El puerto de Avilés ha preparado un programa especial para celebrar el 160º aniversario del primer encendido del faro. El próximo jueves, 31 de agosto, a las 21.00 horas tendrá lugar un acto abierto a todo el público en el faro de Avilés. Ya está programada una actuación musical a cargo de un cuarteto de alumnos del conservatorio municipal "Julián Orbón" de Avilés. También tendrá lugar una inmersión breve en la historia del faro y la lectura de un poema a cargo del poeta gozoniego Aurelio González Ovies. "Estoy seguro que para los vecinos de las tierras de Avilés, Gozón y Castrillón es también un símbolo de identidad muy significativo. Por este motivo, con todos y para todos, queremos compartir este aniversario tan especial", manifestó Alonso. Tras el encendido del faro, se cerrará la celebración con un espectáculo pirotécnico.

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