Aparentar

Entiendo que todos conocemos a personas en nuestro entorno cercano que por las razones que sean pretenden hacernos creer lo que, obviamente, no es verdad con delirios de grandeza, aunque salte a la vista que las están pasando canutas, pero si así la gozan... pues nada.

Existen diversos tipos de aparentadores, los antes citados son en su mayoría unos pobres desgraciados que vayan ustedes a saber cómo han derivado hasta llegar a esa situación e incluso algunos se lo llegan a creer. Presumir y fardar de lo que no tienes ye muy barato.

Pero también existen otras especies, estas mucho más peligrosas, que son las que están ligadas a la política y sus ramificaciones, como los "conseguidores" y traficantes de influencias, siempre presentes alrededor de cualquier poder.

Los citados al principio solo causan pena, porque todo el mundo conoce su vida y milagros, e incluso cierta jocosidad por seguir con sus fantasías.

Pero mucho más peligrosos son el resto, que al ser descubiertos con el carro de los helados lleno a reventar lo niegan todo con repentina pérdida de memoria, descargando, además, las culpas sobre sus subordinados y jurando que ellos no sabían nada, tratando de difuminar hechos flagrantes con los mil agujeros que rebuscan en la Ley, pues se las saben todas y disponen de buenos asesores.

Aunque la lógica indica que deberían actuar con suma prudencia se creen impunes, haciendo ostentación de su estatus de nuevos ricos y presumiendo de amistades, aunque a algunos sus apariencias y jugosos contactos les lleven al pozo.

Lo malo para el respetuoso ciudadano con la Ley en la mano, decena de ejemplos hay, es que al final todo se va diluyendo y se van de rositas o con penas poco menos que simbólicas, lo que nos hace dudar del manoseado término de que "todos somos iguales ante la Ley" a la que habría que apostillar lo "unos más que otros", ¿no?

Y nosotros, los pobres ciudadanos, sudando para cuadrar la declaración de la renta, mientras los "listos" se lo llevan por millones. En fin…

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