Maleducados

Cuando debatir es no dejar hablar al otro

Paco G. Redondo

Paco G. Redondo

Debatir debería ser contrastar argumentos, pero ya hemos comprobado que para el señor Pedro Sánchez (PSOE) debatir es interrumpir constantemente al otro para no dejarle hablar. Tal parecía ser su triple propósito en el debate electoral a dos: que no se pudiera entender a Feijoo (PP) al hablar los dos a la vez, reiterar que la economía española va como una moto, y tercero demonizar a Vox y decir que PP y Vox son lo mismo. Lo que dicen las cifras económicas y la Biblia es con frecuencia como lo del vaso medio lleno o medio vacío. Hay tantos datos y perspectivas que se pueden utilizar muchas veces en un sentido o el contrario. Cierto que la economía española ha recuperado en 2023 el nivel precovid (medio lleno), pero también que ha sido la última nación de la UE en recuperarlo (medio vacío). Su talante ególatra le ha traicionado.

Pedro Sánchez no se ha comportado en el debate como un presidente del gobierno ni con cortesía, sino como un chulo de verbena perdonavidas. Es extraño que a los espectadores razonables les pueda parecer no ya progresista o riguroso, ni siquiera educado ni admisible. Feijoo sale fortalecido de este debate, pero su gran debilidad será si no acude al debate a cuatro (Sánchez / Feijoo / Abascal / Yolanda), un debate complementario y necesario, desde la representatividad y el equilibrio, para contrastar personalidades y propuestas; pues en ese caso quien quedará de soberbio y desconsiderado será él. Para ver cómo discrepan, y con Sumar y Vox y por qué razones.

Lo de demonizar a Vox no es nada nuevo, antes los medios izquierdistas lo hicieron con el PP, luego con Ciudadanos, ahora con Vox, y si no existiera Vox dirían que el PP es la derecha más conservadora y franquista de Europa. Pero lo que a muchos electores nos interesa no son las descalificaciones, sino las soluciones. Que insulten al rival puede quedar muy emotivo para sus fanáticos, pero a mí no me resuelve los impuestos, prosperidad, sanidad, educación ni pensiones. Ahora toca valorar cómo han gobernado estos cuatro años PSOE y Podemos apoyados en ERC y Bildu respecto a empleo, epidemia, guerra de Ucrania, vivienda o violadores, no las chorradas de si ponen un día la bandera LGTBI en el balcón del ayuntamiento, que no es una bandera institucional. Cada cual que tenga la orientación sexual que quiera -y que deje hablar a los demás-.

Suscríbete para seguir leyendo