Los exalumnos de Minas preparan una batalla judicial con la que parar el traslado a Mieres

El "think tank" de antiguos estudiantes del centro se constituye como asociación para exigir al Rector toda la información acerca de la mudanza

Los antiguos estudiantes de Minas, durante la presentación de su informe ejecutivo. | Luisma Murias

Los antiguos estudiantes de Minas, durante la presentación de su informe ejecutivo. | Luisma Murias / J. L. S.

J. L. S.

Los antiguos alumnos de la Escuela de Minas de Oviedo, hasta ahora reunidos en lo que se conoce como "think tank" (o banco de ideas), se constituirán oficialmente como una asociación para poder emprender acciones legales contra la Universidad de Oviedo e intentar, por la vía judicial, parar el traslado del centro carbayón con destino al campus de Barredo, en Mieres. Se trata de un trámite legal necesario para presentarse en este proceso como parte afectada por la mudanza que impulsa el rector Ignacio Villaverde y poder comenzar a litigar. Otra de las metas de la asociación es la de llegar a repartir ayudas a los estudiantes que opten por matricularse en Ingeniería de Minas y solo en el caso de que la escuela permanezca en la capital asturiana.

Para alcanzar este punto, el "think tank" había realizado una encuesta entre un número importante de antiguos estudiantes de la Escuela. Más o menos, un centenar. "La semana que viene mantendremos una reunión en la que expondremos los resultados definitivos, pero, por lo que se ha visto, hay una posición favorable a dar el paso para ser una asociación", apunto el portavoz de este colectivo, Juan José del Campo. Caminando un poco más allá, el siguiente paso será ir a los juzgados de lo contencioso administrativo para exigir a la Universidad de Oviedo que les aporte toda la información que demandan. "Como sociedad civil nadie nos puede callar, pero desde la asociación podemos dar más pasos", resume Del Campo. Su objetivo es el de, una vez que tengan la documentación, analizarla con detenimiento para examinar si hay algún tipo resquicio legal para frenar el traslado. Y, en el caso de que no exista ninguna grieta, los ex estudiantes aseguran que serán muy escrupulosos en el seguimiento de todos los procesos administrativos que implique el traslado.

Con dureza, Juan José del Campo asegura que "continúan con la defensa de algo que no tiene ningún sentido (el del cambio de concejo) y se están empecinando en un error de partida que fue la creación del campus de Mieres". En la misma línea que ya había defendido la propia dirección de la Escuela de Minas, los antiguos estudiantes aseguran que la mejor opción para poder salvar el centro sería trasladarlo a El Cristo y crear allí lo que definen como un campus "stem" en el que aglutinar las carreras ligadas con las ingenieras. "La idea es convertir a El Cristo en un núcleo de conocimiento científico", destaca Del Campo. La medida estaba incluida dentro del plan ejecutivo que el "Think tank" elaboró, presentó y envió al rector hace ya unos cuentos meses. "La Universidad no ha tenido en cuenta ninguna de las sugerencias que les hemos trasladado", lamentó.

Mientras tanto, la mudanza va quemando etapas administrativas. A finales de julio, el consejo de Gobierno de la Universidad dio luz verde al traslado. Unas cuantas semanas después, allá por el seis de septiembre fue el consejo social el que aprobó la mudanza. Este grupo de exestudiantes ha solicitado en diversas ocasiones toda la información sobre el proceso, pero se han encontrado con las puertas cerradas. Entiende Juan José del Campo que "el plan estratégico se ha hecho al margen de la sociedad". También sostienen, en contra de los argumentos del rector, que los estudios universitarios no ayudan a fijar población, con lo que sostienen que Mieres continuará con su sangría demográfica vaya o no vaya la Escuela de Minas al campus de Barredo. Los ánimos entre los antiguos estudiantes andan bastante caldeados. "Hay un sentir mayoritario favorable a la adopción de medidas, nuestro ánimo y objetivo es el de hacer que se cumpla el proceso de forma escrupulosa", destaca. Muy crítico, agregó que la Universidad tiene un grave problema con su consejo social porque, agregó, no representa a la sociedad asturiana. Ese es, precisamente, el objetivo que debería cumplir.

También insisten en la necesidad de dignificar la profesión para acabar con la mala imagen que arrastra desde hace tiempo. Exigen una reflexión profunda sobre la elevada tasa de abandono que tienen algunas ingenierías que se imparten en la Universidad de Oviedo y que llegan al 56%.

La intención de los antiguos estudiantes de la Escuela es la de aglutinar a empresas con la que poder impulsar una campaña de becas entre los estudiantes más brillantes.

Suscríbete para seguir leyendo