Menos de 1 millón

Ayudas a la familia y traer trabajadores: Asturias «debe tomar ya» medidas demográficas

Los expertos advierten de la urgente situación y reclaman campañas de natalidad, aprovechar la economía senior e incentivar las contrataciones

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Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

Del mismo modo que el declive demográfico de Asturias se ha ido fraguando a lo largo de varias décadas, revertirlo no será posible más que a largo plazo. Eso sí, las medidas «deben tomarse ya» y deben abarcar un gran abanico de aspectos, desde las ayudas familiares hasta las políticas de reequilibrio territorial, según indican diversos demógrafos consultados por LA NUEVA ESPAÑA.

Al doctor en Geografía gijonés Rafael Puyol, Presidente del Consejo de Administración de la Universidad Internacional de La Rioja, no le sorprenden las proyecciones que hacen perder a Asturias 67.000 habitantes en los próximos tres lustros, algo que vienen vaticinando los demógrafos en los últimos años. El exrector de la Complutense cree que Asturias necesita «una política integral» asentada en cuatro pilares. Por un lado, «una política de ayudas familiares para recuperar, aunque sea mínimamente, la tasa de fecundidad, que es de menos de un hijo por mujer, cuando la tasa nacional es de 1,2».

Esas ayudas se pueden complementar, añade, «con medidas de conciliación, ayudas a familias con hijos, guarderías con horarios y condiciones económicas asequibles, ayudas económicas a los jóvenes para acceder a la vivienda, sobre todo alquiler». En este sentido, pone como ejemplo las políticas llevadas a cabo por Francia y Suecia.

En segundo lugar, Puyol estima necesario «incentivar que los más preparados se queden en la región y fomentar que la gente venga a Asturias, con medidas para atraer el regreso de los que se fueron, o con ayudas fiscales a las empresas que contraten a personal foráneo que se establezca en Asturias». En tercer lugar, el demógrafo gijonés aborda el difícilmente reversible envejecimiento de la población. Considera que debe fomentarse más el trabajo de los senior, bien de forma completa o parcial, en una región en la que se abandona muy tempranamente un trabajo para el que están perfectamente preparados. Tampoco se debe abandonar el lado asistencial y el pago de unas pensiones dignas.

Finalmente, Puyol cree que «debe impedirse que continúe el despoblamiento de determinadas comarcas con la intensidad actual. No se puede conseguir que en todos los lados haya los mismo servicios, pero sí se podrá concentrar servicios en determinados lugares centrales para que se pueda acceder a ellos desde las zonas más despobladas».

Estabilidad económica

Por su parte, el Catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo, y Director del Observatorio del Territorio, Felipe Fernández García, uno de los autores del Plan Demográfico de Asturias, indica que «la región se enfrenta a un problema estructural, con una población envejecida y un déficit de población en la parte baja de la pirámide poblacional».

Según explica, «el proceso de recuperación será de varias décadas, no valen medidas a corto plazo, aunque son también imprescindibles». El plan demográfico establece hasta siete ejes de actuación, que se reflejarán en le ley de Reto Demográfico actualmente en redacción: medidas de dinamización económica, emprendimiento y tecnologías de la comunicación; medidas de igualdad de oportunidades y conciliación; medidas referidas al envejecimiento; otras destinadas al relevo generacional; otras medidas enfocadas el reequilibrio territorial; y un séptimo eje dedicado a la incorporación social y laboral de los jóvenes. Fernández resume las actuaciones en tres grandes tipos de medidas. Por un lado, «debe lograrse que en la región exista una situación laboral que anime a la población en edad fértil a cambiar su comportamiento demográfico». Y es que «las encuestas reflejan en general una actitud muy positiva, pero no llegan los recursos, la situación socioeconómica no anima a tener más hijos, por lo que se precisa tener una estabilidad económica».

En segundo lugar, el catedrático considera necesario «aprovechar el potencial económico de la población mayor, la llamada economía de plata, que puede generar muchas actividades económicas». Y, en tercer lugar, deben llevarse a cabo «medidas de reequilibrio territorial para revocar los desequilibrios de un medio rural envejecido». Se trata de «algo más que animar a la gente a volver al campo. Reequilibrar el territorio consiste en que haya actividad económica y servicios, la gente está dispuesta a vivir en lugares donde pueda trabajar, donde tenga cobertura de internet, sus hijos puedan recibir educación y pueda recibir asistencia sanitaria», explica.

«Asturias es el futuro»

El ingeniero avilesino Alejandro Macarrón Larumbe, experto en demografía, ve en las proyecciones del INE para Asturias aspectos más preocupantes. La pérdida de 67.000 habitantes supone en realidad una reducción de nacidos en España de 120.000 personas, que se compensa con la emigración. El envejecimiento pasa del 27 por ciento actual al 35 por ciento, que es un 38 por ciento si no se cuenta la inmigración, una «auténtica barbaridad». Y avisa: «Asturias no es una anomalía, es el futuro».

Como primera medida para revertir el invierno demográfico asturiano, Macarrón resalta «la concienciación sobre un asunto que no aparece en las encuestas del CIS como uno de los principales problemas de España, al que el Rey no hace referencia en su mensaje navideño, pero que es un problema doble. Colectivo, porque una sociedad sin niños va mal; e individual, porque evidencia un desierto afectivo, muchas personas envejecen sin hijos, y hay además mucho hijos únicos, que nunca sabrán lo que es tener un hermano».

Se trata de un problema fruto de un cambio social que se inició hace unos 120 años y que no se revierte con medidas a corto plazo. «Hay que estudiar este fenómeno con mucha profundidad. Hay gente que sigue teniendo muchos hijos, gente muy religiosa, tanto católicos como musulmanes, pero también la etnia gitana», explica.

Macarrón establecería en primer lugar ayudas que moviesen a tener hijos, como desgravaciones fiscales, pero no como el permiso de paternidad, que «es una medida que cuesta mucho dinero y no sirve para el fin de tener más niños». El ingeniero considera que deben sacarse las cuestiones demográficas de las políticas partidistas. «Hay que compensar económicamente a las personas que tienen hijos, remover obstáculos, como el acceso a la vivienda, cobrarles menos impuestos, darles más pensiones, con énfasis en la mujer, porque tiene una mayor implicación emocional y un mayor desgaste físico, pero sin olvidar al hombre, puesto que la mitad de las veces es el hombre quien no quiere tener hijos», indica Macarrón.

Este experto se adentra luego en cuestiones culturales, porque «las medidas económicas no son lo más importante». Bajo su punto de vista, «es necesario un cambio cultural; antes teníamos la ética cristiana, pero si no la sustituimos por una ética laica equivalente, tenemos un problema». No tiene que ver con la incorporación de la mujer al trabajo. «En Holanda, el 75 por ciento de las mujeres trabajan a tiempo parcial y no tienen muchos más niños que nosotros», dice. Tampoco con la estabilidad económica, ya que «en Asturias hay más funcionarias que en otras regiones y la tasa de fecundidad es la más baja del país». Es un problema, añade, «de valores, de pareja estable, la mitad de la gente que se casa se divorcia. ¿Tan inmaduros somos? El divorcio empobrece económicamente». Y luego, agrega, está el aborto. «Asturias tiene la tasa más alta del país. Se podrían establecer medidas como la que se propuso en Madrid, ofreciendo la recogida anónima de bebés no deseados. La sociedad española tiene que volver a ser pro natalidad», cree.

«Las tasas de nupcialidad y de divorcio tienen un efecto devastador en la natalidad. Hay que estudiar por qué hay tan pocas bodas y tomar medidas, como ha hecho Hungría, que están realizando una campaña de promoción del matrimonio», señala. Macarrón considera esencial, por otro lado, «adelantar la edad de tener niños, hay que concienciar a la gente. Por ejemplo, puede fomentarse que las mujeres tengan hijos cuando son jóvenes y luego facilitar su incorporación al trabajo. Tenemos que poder compatibilizar ambos aspectos».

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