Una nueva etapa para la principal fuerza de la oposición

Álvaro Queipo será la opción para liderar el PP de Asturias, con el respaldo territorial y parlamentario

El secretario general del partido se ve internamente como la única persona capaz de concitar una mayoría amplia en el congreso de noviembre

Vicente Montes

Vicente Montes

El Partido Popular de Asturias reabre nueva etapa un año después de la crisis interna que sacudió la salida de Teresa Mallada, aunque ahora lo hace con una hoja de ruta más clara. La mayoría de los dirigentes del partido ven a Álvaro Queipo, secretario general del PP y quien ha actuado con atribuciones de presidente el último año, como la persona idónea para liderar el partido, la única capaz de reunir un respaldo amplio en un congreso regional extraordinario que se celebrará, previsiblemente, los días 18 o 19 de noviembre.

Este miércoles, la junta directiva del partido confirmará la convocatoria de un cónclave que no se celebra desde hace más de seis años. Se prevé que acuda a la reunión el vicesecretario general de Organización del PP, Miguel Tellado. La dirección nacional espera un congreso de unidad en torno a la figura de Queipo, si bien el sector crítico ya anunció ayer que presentará otra candidatura. Hace dos semanas, el coordinador general del partido, Elías Bendodo, fue especialmente franco sobre lo que quiere la dirección nacional de este congreso: una clara mayoría. Puertas adentro, en la reunión mantenida con el comité autonómico, el dirigente nacional llegó a expresar que se convocaría el congreso autonómico, "pero si hay lío, no".

Álvaro Queipo aún no ha desvelado si presentará la candidatura, pero se espera que materialice el anuncio en el momento en el que se convoque el congreso. En todo caso, parte con un aval ampliamente mayoritario del partido y, además, con una condición que no es baladí. En los tres años largos que aún restan para las próximas elecciones autonómicas, el PP necesita un liderazgo con escaño en la Junta General para confrontar con Adrián Barbón. No en vano, Queipo asumirá a partir de ahora la portavocía parlamentaria, una muestra más de que es la opción natural para asumir, plenamente ya, las riendas del PP asturiano.

La elección de un congreso extraordinario (al igual que en los otros tres territorios pendientes de cónclave: País Vasco, La Rioja y Cataluña) permite apurar los plazos y liquidar el proceso en treinta días. Serán los que tendrá Álvaro Queipo para concitar el amplio respaldo de un partido fracturado en corrientes y adhesiones y fobias personales. Ya hace tiempo que Queipo ha ido ganándose apoyos (incluso de quienes en otro tiempo le cuestionaron) y a estas alturas todo parece indicar que contará con el aval mayoritario en las principales juntas locales (Oviedo, Gijón y Avilés, pese a que en ellas existe división), así como en casi todo el resto de concejos, sobremanera allí donde el PP gobierna.

No hay que obviar el propio funcionamiento del PP, un partido en el que actuar en contra de los criterios de la dirección nacional supone un handicap de representación en los congresos casi siempre. La elección de compromisarios en cada junta local suele estar acaparada por quien controla esa junta y cuenta con la mayoría, por muy ajustada que sea esta.

En toda esta hoja de ruta, que en el PP asturiano ya se manejaba hacía semanas, se produjo un acontecimiento que se daba por hecho puertas adentro desde hacía tiempo pero cuya materialización se desconocía: la salida de Diego Canga. El que fuera candidato autonómico y portavoz parlamentario había ido descolgándose de los afectos internos del partido, más allá de un círculo muy limitado. Fallida la pretensión de obtener la presidencia del Principado, Canga manifestó internamente otros objetivos: el primero, ser designado senador autonómico; el segundo, la posibilidad de otros destinos nacionales en el caso de que Feijóo gobernase o hubiese repetición electoral.

Álvaro Queipo, en un acto del PP. | Irma Collín

Diego Canga, este viernes, en el aeropuerto, despidiéndose de David Neira, su jefe de gabinete. / Ricardo Solís

La opción del Senado quedó cerrada y se evaporaron también las de cargos nacionales, en un difícil escenario de repetición electoral. La convocatoria de un congreso del partido al que él no podía concurrir al no tener cumplido el año de militancia dejaba su futuro político limitado al parlamento en una situación de bicefalia poco recomendable o en el de que terminase por ceder la portavocía al futuro presidente del PP.

Diego Canga y Bruselas

La salida de Diego Canga, más allá de sus explicaciones por sobrevenidos motivos personales, gravitaba como una posibilidad hace semanas, pero a nadie internamente dio pista alguna. A finales de septiembre, en medios de la administración de la Comisión Europea de Bruselas ya circulaba que Diego Canga habría pedido el reingreso a su puesto de trabajo como director general de las áreas F e I en la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural que lidera Wolfang Burtscher. De hecho, desde que el asturiano pidió la excedencia de su puesto de alta responsabilidad para ser el candidato autonómico del PP, su cargo ha permanecido hasta ahora como vacante, cubierta únicamente de manera temporal por Michael Niejahr. La Comisión Europea había dejado abierta hasta ahora la puerta para su regreso.

El propio Canga negó internamente en aquel entonces que hubiese solicitado la vuelta, pero lo cierto es que, como él mismo ha expresado, este lunes se reincorporará a su puesto. Aunque la baja como diputado autonómico y portavoz en la Junta General fue formalizada este viernes a las 13.00 horas ante el registro de la Junta General, Canga ya tenía en mente su dimisión más de una semana atrás.

Ese hecho no fue conocido por sus compañeros de partido, ni por sus más estrechos colaboradores, que empezaron a saber el jueves por la tarde la decisión de Canga. El lunes, el hasta ahora portavoz parlamentario viajó a Madrid y se reunió con el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, a quien, según el propio Canga, le comunicó su decisión de dimitir. Al día siguiente, Feijóo confirmaba que el congreso regional del PP asturiano se convocaría "muy rápido". Fuentes próximas a la dirección nacional del partido ya aseguraban ese mismo martes que Canga no era opción para presidir el partido y, sin confirmar su salida, venían a señalar que su tiempo había pasado.

El alto funcionario había sido la opción del PP para unas elecciones autonómicas en las que Feijóo se jugaba la antesala de las generales. La estrategia de Génova entonces era impulsar sus candidaturas autonómicas y tratar de minar terreno a los socialistas en todos los rincones. Pasado ese objetivo, al que Canga había contribuido con unos resultados electorales que en Génova se ven como satisfactorios y encomiables aunque no llevasen a la victoria autonómica. Pero "la presidencia del PP es otra cosa", venían a decir fuentes próximas a la dirección nacional.

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