0-0: El Sporting no pasa del empate ante un buen Avilés

Hassam, que se estrenaba como rojiblanco, y Otero fueron los mejores del conjunto visitante

Noé Menéndez

Noé Menéndez

El Sporting sigue sin dar con la tecla. Los rojiblancos no lograron pasar del empate ante un combativo Avilés, que miró a los ojos a los gijoneses e incluso fue dominador durante la primera mitad. Los rojiblancos intentaron derribar el muro blanquiazul, sobre todo en la segunda mitad, pero el esfuerzo fue insuficiente. El marcador no se movió en los 90 minutos, pero dejo clara una cosa: hacen falta refuerzos en ataque.

El encuentro en el Suárez Puerta empezó con las fuerzas muy igualadas. Nadie fue capaz de imponer su guión respecto al otro. Los blanquiazules, a pesar de estar dos categorias por debajo, no renunciaron a su estilo y, fieles a lo que les hizo pelear por el ascenso la temporada pasada, empezaron a mover la pelota desde su defensa. Julio Rodríguez, que se estrenaba como avilesino, fue clave en la salida de balón, obligando a Djuka a tener un desgaste extra a la hora de presionar. 

El Sporting, que formó en un 4-2-3-1 con un doble pivote novedosos con los “Nachos”, Nacho Martín y Nacho Méndez, no era capaz de amasar la pelota. Arriba, solo las galopadas de Otero lograban crear algo de peligro en la zaga blanquiazul. Sin embargo, en el otro lado los avilesinos volaban, sobre todo cuando tenían espacio. Jorge fue el encargado de armar gran parte de los contragolpes, colándose en el hueco entre los dos pivotes rojiblancos.

El peligro del Aviles se centro, como en el duelo ante la Ponferradina, en el costado izquierdo. Serrano y Joel del Pino se merendaron a Enol Coto y Otero y de sus botas salió la primera acción que provocó el runrún de la grada. El extremo canario se metió en el area para recibir un pase, pero chocó contra Christian Joel, pidiendo penalti. Sus quejas no sirvieron de nada, pero metió el miedo en el cuerpo de los sportinguistas.

Al filo de la primera mitad Edu Cortina estuvo a punto de castigar al Sporting. El blanquiazul cazó un rechace tras una buena jugada trenzada del Aviles y su disparo pegó en el poste rojiblanco, previa actuación del guardameta cubano. No fue la única gran acción del centrocampista ovetense, que no dejó pasar ni al aire por su zona de influencia. Pero a pesar de estos ataques, el paso de los minutos le sentó mejor al Sporting. Poco a poco, los gijoneses empezaron a asentarse en el terreno de juego y en el minuto 40 tuvieron su jugada más peligrosa de la primera mitad. Carrillo habilitó en banda a Nacho Méndez, que metió un pase en profundidad a Lozano. Álvaro Fernández se esmeró para mandar el centro al córner, cortando de raiz el peligro. Otero tuvo un par más, pero nada que intimidase al Avilés.

Otero fue el hombre de la segunda parte. El colombiano salió del vestuario con un espíritu renovado y fruto de su desparpajo llegó el peligro real del Sporting. Nada más arrancar la segunda mitad, el extremo realizó una bicicleta en el pico del área que finalizó con un zurdazo que levantó a los aficionados sportinguistas de sus asientos. Davo, que fue parte del carrusel de cambios del Avilés, tuvo que realizar una gran esturada para despejar el misil rojiblanco, mandando el balón al córner. Pero Otero quería más. El colombiano lo intentó, amargando la segunda mitad a Serrano, pero no hubo manera. Sus compañeros de ataque no acompañaron, pero el extremo se mostró muy incisivo. 

En el lado blanquiazul está vez Cañedo apostó por Isma Cerro como punta de ataque. Alejar al extremeño no funcionó, porque “Harry Potter” no fue capaz de trenzar jugadas ni de potenciar a sus extremos. Alorda, que sigue demostrando que merece seguir con la titularidad este año, fue el más explosivo de los blanquiazules.

El partido estaba entrando en su fase final, con la gente deseando que llegase el pitido final, pero Hassam quito el aburrimiento de la grada de un plumazo. El nuevo fichaje del Sporting fue un soplo de aire fresco. Cada vez que el extremo tocaba la pelota, la grada saltaba. Regates, conducciones, fintas… En los 15 minutos que estuvo sobre el terreno de juego demostró que está destinado a dar muchas alegrías en El Molinón.

Pero a pesar de las intentonas de Hassam, de un disparo que se marchó rozando el gol, el Avilés supo aguantar el arreón. Con una mitad para cada equipo, blanquiazules y rojiblancos firmaron las tablas en un encuentro que demostró que ambos equipos deben buscar lo mismo en el mercado de fichajes: un nueve.