Fernández Toraño, saca libro sobre La Florida: "Pedro Menéndez fue un precursor de la colaboración público-privada"

"La Florida fue un territorio desamparado, deficientemente defendido y mal abastecido; haberlo conservado hasta 1763 fue casi un milagro"

Antonio Fernández Toraño.

Antonio Fernández Toraño.

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

"La Florida. Historia de la provincia desamparada del Imperio Español" (Almuzara, 2024), de Antonio Fernández Toraño, se presenta ante los lectores como "la crónica de un territorio marcado por la adversidad y la lucha por la supervivencia". Desde su "descubrimiento" por Ponce de León en 1513 hasta su entrega a Inglaterra en 1763, este enclave estratégico de Norteamérica fue escenario de una épica batalla por mantenerlo bajo el dominio de la Corona española, un pulso que libró, entre otros, el marino avilesino Pedro Menéndez, fundador de San Agustín de la Florida, la ciudad más antigua de los actuales Estados Unidos.Antonio Fernández Toraño, de raíces asturianas, vuelve a hacer una incursión histórica en aquel territorio ultramarino para contar ahora qué pasó en La Florida a la muerte del insigne marino avilesino.

Fernández Toraño (Madrid, 1946) –ya jubilado– es licenciado en Filosofía y Letras y Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, ejerció como funcionario de la Inspección de Seguros del Estado, desempeñó el cargo de director general de Seguros en el Ministerio de Economía y Hacienda entre 1995 y 1996 y presidió Agroseguro S. A. desde 1997 hasta su jubilación, en 2011. Su interés por todo lo relacionado con la presencia española en los territorios descubiertos y colonizados por los españoles a lo largo del siglo XVI se plasmó ya en 2013 al participar como autor, conjuntamente con Borja Cardelús, en la elaboración del libro "La Florida española"; también publicó "Pedro Menéndez de Avilés: Señor del Mar Océano, Adelantado de La Florida"

–¿De dónde viene su afición por la escritura y, más concretamente, su aparente predilección por todo lo relacionado con la etapa española de La Florida ?

–Lo mío con la escritura es una vocación tardía porque antes de 2011, cuando me jubilé, no tuve tiempo. Respecto a La Florida, me sumergí en su historia con motivo de ayudar a Borja Cardelús en su libro sobre ese territorio y he de confesar que me apasionó tanto que quedé atrapado. En general, creo que toda la etapa de la colonización de América es apasionante: no se me ocurren mejores novelas que las crónicas de las andanzas de los colonizadores.

–Según los versados en la materia, esa parte de la Historia española es desconocida en gran medida por el común de los españoles, por no hablar de la polémica que periódicamente se suscita sobre los métodos que emplearon los "conquistadores". Ya sabe, eso de la Leyenda Negra y demás. ¿Usted qué opina al respecto?

–Ciertamente, se desconoce mucho sobre la colonización de América y en buena medida, el conocimiento que fluye es sesgado, seguramente influenciado por la Leyenda Negra que refiere y que alentaron ingleses e italianos, entre otros. Pero hay literatura, buena y abundante, para tener información de primera mano que permita hacerse una idea de qué fue aquello, lo que ocurre es que hay que leerla y eso, al parecer, da trabajo.

–¿Está justificado el sambenito de crueles y sanguinarios que se colgó a los españoles por su desempeño en la América colonial?

–Para sobrevivir en un continente inexplorado y enfrentarse a todo tipo de calamidades, con los medios disponibles hace seis siglos y tratando con tribus indígenas que estaban guerreando a todas horas –precisamente las de La Florida eran especialmente bestias– no cabe duda que los españoles que iban allí tenían que ser bravos y corajudos. Ahora bien, visto con perspectiva hay que valorar las labores culturizadora, evangelizadora e inmobiliaria llevada a cabo por la Corona española, que ya había fundado siete universidades en el siglo XVI, doce en el XVII y cinco más en el XVIII; hospitales fueron más de 120, amén de otras instituciones. En resumen, pienso que la insuficiencia del conocimiento que se tiene de aquella época nos lleva a conclusiones sesgadas.

–¿Exonera pues a los colonizadores españoles de la comisión de excesos?

–Que no, que no; que lo que hay que hacer es poner en valor todo lo que España llevó a aquellas tierras, en especial las ventajas del mundo próspero hasta el punto de haber puesto en marcha la "occidentalización" de aquel continente. Lo cuenta de forma magistral José Luis López Linares en su libro "España, la primera globalización". Por supuesto que habrá habido malvados y canallas –¿dónde y cuándo no?–, pero es que eso es algo intrínseco al hombre y a todas las civilizaciones conocidas.

–Hablemos de su libro, del que le trae hoy a estas páginas: ¿sale Pedro Menéndez de Avilés?

–Sale, pero precisamente porque el libro arranca en 1575, después de su muerte

.–¿Y qué pasó a la muerte de Pedro Menéndez en La Florida?

–He titulado el libro "la provincia desamparada del Imperio Español porque cuando muere Menéndez, el Adelantado, la administración de aquel territorio entro en declive, se generó corrupción y Felipe II se vio obligado a intervenir en persona para tratar de poner orden. Otra cosa es que estuvo lejos de conseguirlo.

–Sitúenos en la época y en el escenario: La Florida, siglo XVI...

–Pues estamos en medio de un desierto de cañaverales, un territorio inhóspito, sin agricultura y sin industrias. Tanto era así que los soldados del Imperio veían aquel destino como un castigo y aún así hubo 350 valientes que quedaron asignados al control de un área más vasta que España y en el que prácticamente no podían ni salir de los fuertes por los peligros, ya fueran indígenas o incursiones inglesas, que los acechaban. La Florida fue, ya digo, un territorio huérfano de atenciones por parte del Imperio, desamparado y dejado a su suerte, mal abastecido y deficientemente defendido. Si aquello se mantuvo el tiempo que se mantuvo, hasta que en 1763 pasó a manos inglesas, fue casi de milagro. De todo esto es de lo que hablo en el libro. ¡Ah! Y también de las malas consecuencias que trajo para España el celo por evangelizar a la población.

–¿A qué se refiere?

–Pues a que el empeño por convertir a la fe cristiana a los nativos generó tensiones a la postre perjudiciales para los españoles. Como cabe imaginar, la conversión de basaba en la imposición de prohibiciones de conductas, como la de la poligamia; frente a esto, los ingleses iniciaron a los indígenas en el consumo de alcohol y el manejo de armas. Claro, eso no podía acabar bien.

–¿Qué utilidad tenía La Florida para España’

–Una trascendental: tener una atalaya de vigilancia del paso de las Bahamas, por donde navegaban los convoyes de galeones cargados de riqueza procedente de México, Perú y otros territorios. Era necesario controlar y defender la zona para evitar a los corsarios que pululaban en torno a los puertos americanos del Imperio.

–Y en esa época de luces y sombras, de hombres heroicos como Cabeza de Vaca o Ponce de León, ¿qué papel desempeñó el avilesino Pedro Menéndez?

–Don Pedro fue un héroe atípico porque ante todo, fue un empresario. De hecho, lo tengo por un empresario precursor de eso que ahora se ha dado en llamar "colaboración público-privada": por acuerdo con el monarca, él ponía los barcos, las armas y los hombres para la empresa americana y el rey ponía el cazo. En su etapa en la Florida tuvo éxitos sonados, como la limpieza de franceses que hizo en aquellas costas, el fortalecimiento de las defensas en las islas antillanas, fue capitán de la mayor escuadra naval de la época con el encargo de bloquear el comercio holandés y británico con Sudamérica... Fracasó, eso sí, en su intento de trasladar al norte la capital de La Florida. Debió ser un hombre de un genio endemoniado, con enorme capacidad de trabajo y ¡qué cosas! murió tan pobre que un familiar tuvo que pagarle el entierro.

Suscríbete para seguir leyendo