Opinión

Nadie quiere contradecir el poder del VAR

Sobre el videoarbitraje en la Liga española y lo sucedido el pasado lunes en el polémico Espanyol-Real Oviedo

Los periodistas deportivos que hace unos cuantos años decidimos acercarnos y compartir amistad con los árbitros del fútbol español e informar de lo que hacían en el terreno de juego seguimos con el mismo cariño hacia ellos y mirando con más contemplación a los que ahora están en las dos grandes competiciones del fútbol español.

Y para ser rápido y sincero tengo que decir que el ya por desgracia famoso VAR español, o sea, las nuevas tecnologías, está dañando tremendamente a nuestro fútbol. El VAR daña a los clubes, a los jugadores, a los aficionados y sobre todo a los propios árbitros.

Lo ocurrido en lunes entre el Espanyol y el Real Oviedo fue para el fútbol español un paso más hacia atrás en la vida del VAR y de la competición rey de nuestro país.

El primer gran perjudicado fue el Real Oviedo, al anulársele a Dani Calvo, en el minuto 38, un gol perfecto, marcado de cabezazo a la salida de un saque de esquina, sacado desde la derecha por Santi Cazorla de forma magistral.

Ni un solo jugador del Espanyol protestó la jugada. Ninguno. El joven colegiado murciano Salvador Lax Franco, bien colocado, lo dio por válido. Pero... en la denominada "silla del Rey federativa o de la Liga" del VAR de nuestro país, el árbitro madrileño Álvaro Moreno Aragón se encargó de decirle a Lax Franco que habían descubierto una bota blanca, la del oviedista Alemão, en posición de fuera de juego, sin decirle que Alemão había soportado el agarrón por el cuello y la cintura por parte del españolista Brian Oliván en esos momentos previos a que el balón entrara en la portería blanquiazul.

Tampoco le dijo Moreno Aragón desde el VAR al árbitro Salvador Lax Franco que dos de los jugadores que estaban dentro del área, a dos metros de Dani Calvo, estaban siendo agarrados -según el video y las imágenes- por la cintura por sus marcadores de blanquiazul de forma ilegal.

Esto que suele pasar, y no sé por qué, es muy normal en el fútbol de nuestros días en España. Los agarrones -que deben ser señalados como falta o penalty si se producen dentro del área- no se señalan nunca. Casi nunca los comenta el señor del VAR antes de llegar al bonito proceso de tirar líneas para ver quien está fuera de juego con la raya azul y la raya roja.

No sé por qué Salvador Lax Franco -que ya sabe lo "bonita" que es Segunda División- fue elegido para este partido tan importante pese a su juventud. Los que viven junto a él saben que promete y que debutó este año en Segunda División con 33 años. Lo que sabemos los periodistas deportivos es que no iba nunca a decirle que no a lo que le indicase el VAR, ni mucho menos que les diría que mirasen si se había producido algún agarrón de penalty en esa jugada o si de verdad el último defensa (Brian Oliván) del Espanyol estaba enganchado o agarrado a Alemao por voluntad propia o ajena.

La triste realidad es que una vez más, el VAR se ha convertido en un enemigo de la justicia y amigo de la confusión, y si no, que se lo pregunten hoy mismo a los jugadores del Cádiz que han sufrido muchísimo con lo que les ha pasado en los últimos partidos de su Primera y que hoy ya están en Segunda División.

El Real Oviedo tiene dos partidos para buscar su primer objetivo, pero... nadie puede asegurarle que si pasan cosas extrañas la moneda caerá cara o cruz.

Suscríbete para seguir leyendo