La supresión del “cascayu” comienza con la retirada de 99 elementos del mobiliario

Los operarios municipales tendrán que llevarse 30 bancos, 8 papeleras, 9 maceteros, 21 barreras y 31 bolardos para restituir el tráfico rodado

Un tramo del «cascayu», con varias papeleras y bancos a la izquierda. | Ángel González

Un tramo del «cascayu», con varias papeleras y bancos a la izquierda. | Ángel González / Pablo Palomo

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Se acabó la cuenta atrás. Las obras para suprimir el “cascayu” y que el paseo del Muro recupere el doble sentido de circulación comenzarán esta mañana con la supresión del mobiliario por parte de operarios ligados a las concejalías de Obras Públicas y Movilidad. Los trabajos supondrán retirar hasta 99 elementos entre bancos, papeleras, maceteros, barreras de hormigón y bolardos. Esta actuación será el preludio de otra encaminada a instalar la nueva regulación semafórica y a labores de fresado y conglomerado para adaptar lo que hasta ahora era zona peatonal de nuevo al paso de vehículos. La reforma dudará apenas 15 días y con ello Ayuntamiento dará cumplimiento a la ejecución provisional de la sentencia emitida por el Juzgado de lo contencioso número 1 de Gijón, que falló favorablemente a la asociación Stop Muro en su exigencia de que el eje marítimo recupere la situación previa a abril de 2020.

La obra que arranca hoy será mínima y se realizará con contratas municipales para aligerar trámites. A primeros de julio, estará acabada. Básicamente, el “cascayu” volverá a admitir el paso de vehículos desde la rotonda de la avenida de Castilla hasta los Jardines del Náutico. El espacio verde, donde estaba el antiguo carril bici, será de uso peatonal con bolardos, uno cada cuatro metros. El actual carril bici seguirá donde está y el único giro permitido será hacia la calle Menéndez Pelayo.

Los operarios deberán retirar un total de 99 elementos. Los más pesados son los maceteros y las vallas de hormigón que separan las zonas peatonales de las de tráfico. De los primeros, hay nueve en total. Los dos que cierran el tráfico en el entronque del “cascayu” con la calle Cabrales; uno, a la altura del número 18 de Rufo García Rendueles; cuatro entre Marqués de Urquijo y la rotonda de la avenida de Castilla; y otros dos que ahora mismo impiden el paso de vehículos desde esta glorieta para ir al Náutico. Barreras de hormigón hay 21. Están en las mismas zonas que los maceteros salvo cuatro que hay en el cruce con Menéndez Pelayo. En este punto también habrá que tocar por lo menos 11 de las protecciones que delimitan el carril bici.

Los bolardos serán otros de los elementos que se deberán quitar para dar cumplimiento a la sentencia del juzgado gijonés. Hasta ahora, había cinco de ellos que impedían el paso desde la calle Ezcurdia hasta la calle Capua. Para separar el tráfico desde lo que es la calle Jovellanos y el paseo del Muro del “cascayu” hay 26. El resto de los elementos son los diferentes bancos que ha diseminados por el paseo del Muro y las papeleras.

Los bancos fueron colocados para dar una mayor sensación de peatonalización y ayer, por ejemplo, muchos de ellos estaban ocupados a media tarde. Hay 30 bancos dispuestos por todo “el cascayu” desde los que hay frente al número 30 de la calle Ezcurdia hasta la rotonda de la avenida de Castilla. Están todos agrupados en lotes de a tres, con uno para más de un usuario y dos individuales. Por último, las papeleras a retirar por los operarios serán ocho, y la mayoría de ellas están junto a los pasos de cebra. Quitando esto y añadiendo semáforos –ayer ya había marcas en el suelo que indicaban su posición– los coches volverán a pasar por encima de la pintura del “cascayu”, que se mantendrá intacta.

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