El Muro tendrá un carril hacia el centro y dos al Piles con las bicis junto al paseo

El gobierno local prevé rematar las obras, que acabarán con los últimos restos del Cascayu, en tres semanas tras desembolsar 133.000 euros

Ciclistas por el carril bici del Muro, en una imagen de archivo. | Ángel González

Ciclistas por el carril bici del Muro, en una imagen de archivo. | Ángel González

Adiós definitivo al Cascayu y a su recuerdo. Mañana comenzarán las obras ordenadas desde la Alcaldía que ocupa desde hace una semana la forista Carmen Moriyón para que el Muro recupere su estado previo a la pandemia. En líneas generales el plan es que el carril bici vuelva a la franja más próxima a la acera peatonal de costa y se organicen tres carriles para la circulación del tráfico, uno en sentido hacia San Pedro que ocuparía el espacio que aún conserva restos de los cuadros de pintura de colores y dos en sentido hacia el puente del Piles. Los trabajos se prolongarán durante tres semanas.

El objetivo, reivindican desde el gobierno tripartito, es mejorar las condiciones de seguridad vial tras las obras ejecutadas, justo en julio del año pasado, para recuperar el doble sentido de circulación tras la sentencia judicial favorable a la demanda de Stop Muro. Entonces, y en base a la fianza que la entidad depositó en el juzgado, se hizo un ajuste de mínimos para garantizar el doble sentido. Se permitió el paso de coches por una parte del Cascayu dejando otra para uso peatonal y manteniendo el carril bici junto a la medianera lo que ha obligado a regular los cruces entre coches y bicicletas.

Eso es algo que ahora se quiere resolver volviendo el carril bici al lugar donde lo inauguró la propia Moriyón sobre una bicicleta en 2014 junto a los entonces ediles Fernando Couto y Rafael Felgueroso.

Si todo sale según lo previsto por el área de Obras Públicas, la nueva obra sobre el Muro estaría finiquitada el 17 de julio, lo que evitaría complicaciones de trafico en pleno verano. De hecho, para minimizar los problemas a los conductores y las molestias a los vecinos la mayor parte de los trabajos se harán por la noche, como avanzó Moriyón en una entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA. El cronograma diseñado desde Obras Públicas contempla acometer el lunes la obra civil para el traslado de semáforos. El 3 de julio, se comenzaría a retirar los hitos y se procedería a la colocación de los nuevos separadores y una vez terminada esa labor, alrededor del día 10, se empezaría con los trabajos de pavimentación y señalización. Esos son los que conforman el grueso del trabajo y los que está previsto realizar por la noche. Desde el punto de vista de la acción política, la Alcaldesa ha puesto la reforma en manos de sus ediles de Obras Públicas y Tráfico, los foristas Gilberto Villoria y Pelayo Barcia.

El carril bici mantiene toda su continuidad a lo largo del Muro desde el Piles a San Pedro y se respetan los pasos de peatones actuales en todo el tramo central del paseo. Las medianeras desaparecen en los puntos de entrada y salida de los coches al eje empezando, de oeste a este, por Eladio Carreño, con posibilidad de entrar a cualquiera de los sentidos de circulación del Muro.

Igual que desde Ezcurdia se puede entrar al Muro en dirección al Piles o coger la salida de la calle Juan Alonso. Menos complicación tiene la entrada desde la calle La Playa y la salida por Emilio Tuya antes de llegar a la conexión del Muro con Menéndez Pelayo que permite tanto el acceso como la salida del tráfico. Antes de llegar a la rotonda del Piles quedarían las salidas a la calle Manso y Doctor Hurlé y las entradas por Canga Argüelles, Aguado, y Marqués de Urquijo. Todas vías principales de la zona centro y La Arena.

El coste de la actuación, unos 133.000 euros, ejemplifica la escasa envergadura de la operación que ahora se acomete. Nada que ver con la reforma integral del Muro que fue uno de los temas estrella de la reciente campaña electoral. Para eso aún falta tiempo. El compromiso de los tres partidos que ahora comparten el gobierno de la ciudad –Foro, PP y Vox– es encargar estudios antes de tomar una decisión. Foro no descarta sacar adelante el soterramiento del tráfico que defendió en solitario durante la campaña electoral. PP y Vox nunca vieron factible este proyecto por su dificultad técnica y por su coste.

Lo que si está claro es que este mandato empieza como acabo el anterior: mirando al Muro. La pandemia llevaba en abril de 2020 al gobierno de Ana González a ceder uno de los carriles de circulación a los peatones para que pudieran pasear cumpliendo todas las condiciones impuestas por las autoridades sanitarias. Con el paso de los meses los peatones fueron ganándole metros a los coches hasta que en junio solo quedo un carril de circulación. Y en julio nació Stop Muro.

A finales de ese 2020 llegaría el «cascayu», apelativo popular por el juego de formas y colores que se pintó en el suelo, como espacio para el uso de peatones y ciclistas. La actuación costó unos 233.000 euros y entre los elementos sustanciales estuvieron mover el carril bici de su ubicación origina a la zona media del paseo –para ceder ese espacio a os peatones como si fuera una ampliación de la acera– y colocar mobiliario sobre la calzada para animar a los paseantes a sentarse y charlar. Esa fue la actuación que el juzgado no dio por buena y que el gobierno de PSOE e IU defendió recordando la excepcionalidad de la situación pero que también le sirvió para experimentar sus prioridades en materia de movilidad.

La sentencia judicial anulando la actuación conllevo que en julio del año pasado volviera el doble sentido al Muro con el apaño de permitir el paso de los coches por una parte del «cascayu». El próximo julio, un año después, todo eso pasará al olvido y el Muro volverá a ser el Muro de principios de 2020 cuando nadie sabía que era el covid.

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