Entrevista | Matz Robert Eriksson Batería de "The Hellacopters", que actúa el domingo

"Espero que el rock en treinta años no sea solo para mayores"

"Festivales como el Tsunami Xixón permiten hacer visible este género, los adolescentes en estos tiempos necesitan una mayor dosis rockera"

Matz Robert Eriksson, arriba a la derecha,  junto al resto de miembros de la banda.

Matz Robert Eriksson, arriba a la derecha, junto al resto de miembros de la banda. / Gabriel Cuesta

Gabriel Cuesta

La banda sueca "The Hellacopters" promete una descarga rockera "muy divertida" para rematar el Tsunami Xixón. "En 2008 rompimos por falta de motivación; ahora tenemos cincuenta años y hemos dosificado las actuaciones para seguir dándolo todo", confiesa su batería, Matz Robert Eriksson (Suecia, 1972), "Robban". Mañana "hablará" sobre el escenario.

–No es su primera vez en Asturias.

–Hicimos una gira en 1997 por España, con diez paradas en ciudades como Madrid o Barcelona. También más pequeñas. La Coruña, Ponferrada, Bilbao... ¡Y Oviedo!

–Ha pasado mucho tiempo...

–Tengo un gran recuerdo de toda España. Y de Asturias. Me encanta su ambiente. Es perfecto. Recuerdo el Norte y conducir con vistas a las montañas. Hay buen tiempo y buena comida. No se puede pedir más.

–Pues tendrá que probar la fabada y la sidra.

–¡Claro! Después del espectáculo. Me encantaría probar un vaso de sidra local.

–Volvamos al Tsunami.

–Vamos a tocar un poco de todo. Temas clásicos y también algunos de los últimos discos. Queremos poder transmitir un resumen de las diferentes etapas de la banda. Ese es el plan.

–Lo harán en un ambiente festivalero.

–Siempre modificamos algo el repertorio. Este verano tocamos en diferentes festivales de Europa. Hace un par de semanas estuvimos en La Rioja y para mañana no vamos a tocar exactamente las mismas canciones. Va a ser un poco diferente, pero siempre damos el 100%. Va a ser muy divertido. Personalmente, también estoy ansioso por ver a "Descendents" tocar antes que nosotros.

–¿Vive el rock un buen momento?

–Hay muchas bandas tocando, pero no estoy seguro. Cada vez la música rock en todo el mundo está ocupando menos espacio en los medios, la radio y las listas de reproducción de las plataformas. Está por debajo de cualquier música que sea popular entre las grandes masas. Hay menos rock en estos días y más pop moderno, hip hop... Cosas así. Creo que los adolescentes ahora necesitarían un poco más de dosis de rock en su vida. Espero que el rock no sea como el jazz dentro de treinta años. Me refiero que no solo sea atractivo para las personas mayores.

–Precisamente, este tipo de festivales pueden reivindicar su sitio.

– Estamos haciendo todo lo posible por el rock. Creo que es muy importante. Es muy divertido que puedas tener esta diversidad de estilos en el festival dentro de estos géneros. El punk y el rock son diferentes, pero se basan en el mismo tipo de instrumentos. La gente toca junta, con poca tecnología, sin tanto ordenador en el escenario. Me sentí muy feliz cuando miré el cartel. "Dropkick Murphys", "Frank Carter", "Descendents", "Illegales"...

–¿Conoce a "Ilegales"? Son de Asturias. No sé si tiene algún referente nacional.

–Solo escuché hablar sobre ellos cuando tocamos en La Rioja. Coincidimos. Alguien me dijo "realmente deberías escucharlos, son muy buenos". Lo haré, pero la verdad que no estoy al día del panorama español.

–Parece que su música ha evolucionado hacia un sonido más limpio.

–Nicke Andersson es el compositor principal de la banda y escribe canciones todo el tiempo. Se le ocurren un montón. Supongo que jugamos con ellas. Simplemente las interpretamos de la mejor manera que creemos que debemos hacerlo. Todos tenemos una forma personal de tocar. Y se convierte en lo que se convierte. No pensamos tanto en "deberíamos tratar de hacer un sonido". Al final, va a sonar como "The Hellacopters" y pensamos en que nuestro trabajo debe sonar bien dentro de veinte años. Hacer las canciones lo mejor posible tiene que ser pensando en s atemporalidad.

–¿Es más dulce su segunda etapa como banda?

–Cuando rompimos en 2008, fue principalmente por falta de motivación para seguir adelante. Hicimos muchas giras y tocamos en todas partes. Seguramente demasiado. Fue como si te golpearas contra una pared. Durante los años en los que no tocábamos, seguíamos siendo amigos. Nunca hubo ninguna pelea, ni mala sangre. Cada uno siguió adelante con diferentes experiencias en Suecia. Y luego, de repente, recibimos la oferta de tocar juntos de nuevo. Nos resultó interesante ver a dónde podíamos llevarlo esta vez. Nada más volver a tocar, sentimos que no había pasado el tiempo.

–Eso demuestra complicidad.

– Hemos tomado caminos diferentes durante ocho años, pero nos conocemos muy bien. Lo que no vamos a hacer es una gira como la de principios de 2000. No vamos a tocar 130 conciertos al año. Vamos a mantenerlo en un nivel más relajado. La mayoría de nosotros ahora tenemos más de cincuenta años. Tenemos hijos, familia, responsabilidades... Disfrutamos yendo a buenos festivales. Sea en Australia o La Rioja. Ahora ponemos más esfuerzo y pensamos más en lo que hacemos. En cada espectáculo. Quizás tocamos entre 30 o 40 conciertos al año, como mucho. No podemos volvernos locos (risas).

–¿Algún nuevo trabajo en el horizonte?

–Ahora estamos disfrutando mucho rodando con nuestro último álbum, pero ya estamos planeando grabar uno. Lo compaginamos con el calendario de nuestras actuaciones en directo.

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