“No me quieras matar corazón”

José Antonio Noval Cueto

José Antonio Noval Cueto

Después de la Asunción en el concejo de Siero hemos tenido fiestas en Negales, Traspando y, en Sariego, la emblemática romería de San Pedrín de la Cueva, con sus tradicionales carrozas y su prueba de otocross, de lunes. Cada parroquia tiene sus fiestas y su objetivo principal es que los vecinos celebren, compartan, proyecten, festejen, construyan parroquia, que no sllo de pan vive el hombre. A mí, como es costumbre, me toca Traspando, días en los que el vecindario se concentra bien en la tarde noche del viernes y sábado en la carpa del patio de la escuela, donde uno puede degustar su bollu preñau, empanada,  tortilla o los pinchos de lomo y pollo que nos ofrece René en su improvisada parrilla campera al módico precio de dos euros y que son la delicia de todos, y todo ello regado por sidra, cerveza, vino o el mítico cubalibre de los años 70, especialidad en Bacardí…

En la noche del sábado, tradicional verbena, donde el Grupo Duende dio un repaso al cancionero de fiestas para incitar e invitar a todos a bailar, a divertirse, ya con pasodobles, cumbias, reggaetón, bachata o canciones más melódicas y clásicas como, entre otras, “Corazón, no me quieras matar corazón", que destaco ahora del repertorio, pues si algo necesitamos en estos adánicos e insípidos tiempos que vivimos es corazón, amor del bueno, y todo ello después de haber sobrevivido a una cruel pandemia. Todo en un ambiente familiar, festivo, relajado, en el que uno puede comprobar los progresos que tienen los alumnos que año tras año asisten a las clases de baile que imparte el Patronato Municipal de Cultura, con su mezcla de brazos, paseíllos y cruces… Entre los presentes no podía faltar Pepe el Cantu, que a sus 95 años tiene una vitalidad y jovialidad que para sí quisieran muchos jóvenes.

De domingo, después que la pareja de gaita y tambor despertara al pueblo, se celebra en la Capilla de San José la misa solemne en honor a la Virgen del Carmen, donde el sacerdote Don Cipriano nos recordó los orígenes de esta devoción y los patronazgos que ostenta como Virgen o Estrella de los Mares, patrona de la Armada y de toda la familia marinera. Desconozco desde cuantos años se celebra esta festividad en Traspando, pero seguro que sobrepasa los cien, cuando los niños de entonces entonaban aquella copla que decía: “La Virgen del Carmen quiere que la bajen de lo alto, que quiere estar en el pueblo de Traspando”. La sociedad organizadora de las fiestas me dice que ya tiene a la venta la lotería de Navidad.

Ese mismo día, la Selección de Fútbol Femenina de España se convertía en Campeona Mundial en el Stadium Australia  al vencer por 1-0 a la selección inglesa gracias al zurdazo de Olga Carmona. En fin, un día para soñar. El sueño se había hecho realidad y el fútbol femenino español llegaba al más alto nivel. ¡Enhorabuena y alegría para todos y especialmente para las protagonistas de esta hazaña! Alegría que hemos compartido todos y algunos desde la Plaza de Les Campes de Pola de Siero, para arropar a su paisana Montse Tomé.

Del resto de noticias, me quedo con las noches de calor que hemos soportado, especialmente el jueves y el viernes, donde uno no era capaz de conciliar el sueño; con la constitución de la Mesa del Congreso y la entrega del acta de diputados a los nuevos congresistas, con ordenador, móvil y nómina y el caso Rubianes, que está oscureciendo los méritos del triunfo de la Selección Española Femenina de Fútbol. ¡Qué poco dura la alegría en casa del pobre!

 Toda persona humana, hombre o mujer, nazca donde nazca, pertenezca a la familia que pertenezca, guapo/a o feo/a, listo/a o tonto/a, merece dignidad, respeto, y de ello debe dar fe y protección  nuestro ordenamiento jurídico. Y esto nos debe preocupar a todos. Deseo que la dignidad y el respeto imperen en la vida española.

No es bueno tensionar la vida española, las instituciones... No es bueno banalizar los soportes legales que nos hemos dado para regular nuestra convivencia y menos utilizar colectivos sociales en busca de la división, del enfrentamiento entre mayores y jóvenes, trabajadores y parados, hombres y mujeres. Y de todo se ha hecho en los últimos tiempos, mientras los más necesitados y desfavorecidos no reciben la atención y ayuda que necesitan, véase las listas de espera en los hospitales. Permítanme que les recuerde que uno de los colectivos más desfavorecidos de este país es el de las viudas y también el de las familias monoparentales, la mayoría formada por mujeres, y que la pregonada y deseada conciliación familiar aún se espera.