El apelativo que se eliminará de una de las esculturas más famosas de Avilés (y su autor lo ha aceptado): "Es una cuestión de dignidad"

"No es procedente educar a los niños en la discriminación", señala el vicepresidente de la Asociación Española del Síndrome Prader Willi

La escultura de Favila.

La escultura de Favila. / Saúl Fernández

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Favila, el autor de la escultura más señalada de Avilés –basada en el cuadro que Juan Carreño de Miranda hizo de la niña Eugenia Martínez Vallejo en 1680–, se mostró ayer partidario de eliminar el apelativo de "La Monstrua" de su creación, dispuesta desde 1997 en Sabugo, en el cruce de las calles de La Estación y Carreño Miranda. "Es una cuestión de dignidad", destacó. "Ahora lo que tengo que pensar es cómo hacerlo: el nombre está tallado en el pie", señaló el artista moscón que siente como una celebración que la pieza que la empresa Ayala donó al Ayuntamiento de Avilés se haya convertido en una seña de identidad del concejo: ningún turista de paso por el antiguo barrio de pescadores pasa de largo.

Favila acepta eliminar el apelativo de "La Monstrua" de su escultura más conocida

Fragmento del lcuadro "Eugenia Martínez Vallejo, vestida" / Carreño Miranda

"Es cierto que cuando la instalamos no recuerdo a nadie que protestara por el apelativo", reconoce el artista echando la vista tres décadas atrás. "Pero también es cierto que cuando pusimos en marcha con la Factoría el ‘Proyecto Eugenia’ optamos por este nombre: por Eugenia. La ciudad y yo sentimos gran cariño por la escultura", recalcó. "Y si el Museo del Prado lo ha quitado, nosotros también tenemos que quitarlo", concluyó.

Favila se refiere a que la Pinacoteca Nacional comunicó el pasado enero que había revisado 1.800 cartelas de otros tantos cuadros y esculturas que custodia y que lo había hecho empujado por la decisión del Parlamento de eliminar el término "disminuido" de la Constitución, cosa que había aprobado sólo unos días antes.

Esta revisión afectó, entre otros, al retrato "Eugenia Martínez Vallejo, ‘La Monstrua’", que estos días –hasta el día 2 de junio– se puede ver en la cúpula del Niemeyer fruto del programa "El arte que conecta" que promueve Telefónica y el propio El Prado. El coordinador general de conservadores de la Pinacoteca Nacional, Víctor Cageao, dijo en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA: "Ni a mí, ni al Museo del Prado, nos gusta la denominación de ‘La Monstrua’. Es un poco agresiva para una niña". El crítico Luis Feás se mostró partidario de que las obras mantengan "el título con el que fueron bautizadas, sin pudores excesivos, pulcros, sin pasarnos de veladuras", determinó. No consta que Carreño la llamara "La Monstrua".

El cuadro oficialmente –así lo recogen los papeles del Niemeyer– se llama "Eugenia Martínez Vallejo, vestida". Óscar Yugo, que es el vicepresidente de la Asociación Española para el Síndrome de Prader-Willi (AESPW) –la enfermedad que supuestamente sufría la modelo del cuadro– aplaudió la decisión del Museo del Prado: "Es preciso abandonar los apelativos que se pusieron a posteriori", señaló. Y es que lo de "La Monstrua" aparece por primera vez cuando el cuadro de Carreño de Miranda entra en el catálogo del Museo del Prado (eso sucedió en 1827). "Estamos hablando de una enfermedad que afecta a un nacimiento de cada veinte mil o veinticinco mil. Provoca apetito excesivo y, en consecuencia obesidad... No parece que la mejor manera de educar a los pequeños sea resumiéndolo todo en ‘La Monstrua’".

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