La "reina de la montaña" atraviesa la Cordillera: así pasó La Santina por la Variante

La Santina de la iglesia de San Antón de Madrid, recibida entre vítores tras un viaje en tren por la Variante que el Padre Ángel vivió con "emoción e ilusión"

"¿Quién viene?", pregunta con extrañeza un pasajero desorientado en la estación de Oviedo; y del coche dos de un largo Alvia doble, en mitad de un revuelo de cámaras y móviles en alto, emergen el padre Ángel García y la Virgen de Covadonga. El fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, la sonrisa habitual, la bufanda roja de siempre, reparte abrazos y saludos a medida que avanza en procesión improvisada por el andén, junto a la imagen que ha traído de vuelta a Asturias después de cincuenta años. Son las dos de la tarde del día de Navidad, el tren ha llegado casi puntual y en el vestíbulo la imagen recién llegada de Madrid recibe de unas cuantas decenas de personas ovaciones y piropos –"¡guapa!"– y de cuatro coros con órgano y gaita el himno de Covadonga y el "Asturias, Patria Querida".

La réplica de la Santina que se venera en la iglesia de San Antón, el templo que la ONG del Padre Ángel gestiona en el centro de Madrid, ha acompañado al sacerdote mierense a través de la variante de Pajares. Es una visita fugaz a Asturias –llegó en el tren de las dos, se fue en el de las siete– para demostrar que a veces "hacemos muchas locuras", dice el religioso, "pero si hace medio siglo fuimos con ella en un 600, ¿por qué no íbamos a volver ahora en el AVE?". Ocupando su propio asiento al lado del religioso en el vagón, la imagen desanduvo de otro modo muy distinto el camino que ambos hicieron por carretera hace ahora cincuenta años.

Sirve la diferencia entre aquel viaje y este como símbolo del gran cambio que ahora celebran las comunicaciones de Asturias con la Meseta. Hace ahora cincuenta años que la imagen, bendecida por el entonces arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, viajó a la capital de España en un Seat 600 que se recalentaba y obligaba a parar cada cierto tiempo para echarle agua. Nada tienen que ver aquellas "ocho o nueve horas", calcula ahora el Padre Ángel, con este cómodo trayecto en Alvia de poco más de tres y media por la recién abierta Variante de Pajares. La "Reina de la Montaña" a la que canta su himno ha bendecido las tripas de la Cordillera.

Si había que celebrarlo de algún modo, el suyo fue este, vino a decir el sacerdote. Es el día de Navidad, casi la hora de comer, y a la vista del recibimiento multitudinario –"yo creía que iba a venir solo un gaitero"– el Padre Ángel habla de su "emoción" y su "ilusión", de esas "cosas infantiles que a uno le quedan dentro. Es una preciosidad haber venido con ella... Se nos nota en la cara y en los ojos que estamos emocionados". Superada la sorpresa inicial, los pasajeros que compartieron vagón con tan singular compañía "le venían a pedir cosas y a rezarle", cuenta, y para darle la bienvenida su himno también sonó por la megafonía del tren.

La imagen, que dejó la estación de Oviedo en furgoneta, visitó las residencias de Mensajeros de la Paz en Ciaño (Langreo) y Colunga, donde se cantó la Salve y se le rezó. Porque, bien mirado, apunta también el religioso mierense, "la Virgen de Covadonga ha hecho muchos milagros, como que Mensajeros de la Paz esté en más de setenta países ayudando a multitud de personas, o que este mismo domingo hayamos celebrado la cena de Nochebuena en el Teatro Real (para un centenar de personas sin hogar)... Todo eso son milagros".

En el vestíbulo, con la misma bufanda roja, regalo del sacerdote, Javier Mejuto dirigió al teclado, y con Luis Enrique Sánchez a la gaita, un coro múltiple de voces formado por miembros de cuatro agrupaciones, la coral polifónica de Asturias "Cruz de la Victoria", el coro "Son Astur" de Oviedo, el coro "Amigos de la Ribera", de Ribera de Arriba, y la coral de La Felguera "Maestro Lozano". La colaboración surgió hace quince días, apunta Mejuto, cuando "fuimos a cantar con el Coro de la Ribera a San Antón, el Padre Ángel nos lo pidió y aquí estamos...".

La iniciativa "simpática" del sacerdote de La Rebollada (Mieres), que ya viajó como invitado en el tren que inauguró la Variante el pasado día 29 de noviembre, y que entonces bendijo el tren y los túneles, dijo, "aunque nadie me lo haya pedido", necesitó y obtuvo la complicidad del ministro de Transportes. Gracias a la mediación de Óscar Puente, también la Santina de San Antón pudo cruzar los túneles de Pajares en tren con asiento propio y hasta con billete, aunque como la Virgen no tiene DNI el suyo llevaba impreso el de un director general de Renfe.

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