Pero...
Siempre hay tiempo para cambiar lo que no te gusta de tu vida. Algunos giros puedes hacerlos instantáneamente porque dependen solo de ti, de tu fuerza de voluntad, de tu determinación por arreglar desperfectos, de tu valentía para poner puntos sobre ciertas íes bloquear el paso a las influencias negativas de consecuencias nocivas. Otras, por el contrario, llevan más tiempo y el cambio exige la confluencia de algunos elementos que no siempre están dispuestos a colaborar. Me refiero, claro, a asuntos laborales, sentimentales, familiares... Pero tengo algo a mi favor: la salud me acompaña de momento, y lo digo ahora que llevo dos días con retortijones que solo le deseo a mi peor enemiga. ¿Ves? Ya te dije que era difícil: ¿por qué pierdo segundos pensando en enemigos? No me interesan, no quiero que pertenezcan a mi mundo, les retiro el pasaporte para cruzar mis fronteras. Después de la tempestad de errores, fracasos y malas decisiones (que no son lo mismo, ojo) llega la calma del aprendizaje, de tomar en serio mis necesidades: puedo ofrecer tanto que me niego a abaratarme".