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La huerta mayor de Cangas de Onís

El geriátrico de la localidad se abastece de la plantación preparada durante el confinamiento por José Antonio Rodríguez Fernández, conocido como “el Moreno”, uno de sus residentes

José Antonio Rodríguez, en la huerta de la residencia canguesa. | J. M. C.

La incertidumbre de la pandemia del covid, con los meses de riguroso confinamiento, han propiciado algunos casos anecdóticos, como el acontecido en la finca de la Fundación Beceña-González, en la ciudad de Cangas de Onís, donde uno de los residentes en el hogar geriátrico, José Antonio Rodríguez Fernández, más conocido como “el Moreno”, de 68 años de edad, se encargó de preparar y acondicionar un pequeño huerto para abastecer a la cocina de la instalación. La iniciativa la puso en práctica este mismo año, tras recibir el visto bueno de los responsables del hogar-residencia y los resultados están siendo francamente satisfactorios.

“Voy recogiendo lo que sale y lo llevo a la cocina. Todo natural, nada de productos químicos”, asevera “el Moreno”, quien atiende personalmente, aunque siguiendo los consejos de algún que otro experto en la materia hortícola, la coqueta huerta del susodicho hogar-residencia. Repollos, berzas, tomates, lechugas de varios tipos, pimientos, calabacín, cebollas y un largo etcétera brotan de la fértil tierra en esa zona del popular barrio de Cangas de Arriba, soleada y bien orientada. “Echo unas horas por la mañana y otras por la tarde. Todo para lo producido es para el hogar-residencia”, apunta, mientras trata con mimo el tomate cherry, tan en boga por estos lares por su exquisito sabor.

“Voy recogiendo lo que sale. Todo natural, nada de productos químicos”, afirma Rodríguez

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El geriátrico de Cangas de Onís es uno de los más prestigiosos de toda la comarca del oriente, cumpliendo con creces el legado de sus fundadores, Camila Beceña González –nacida en Cangas el 23 de marzo de 1885 y que falleció en la misma ciudad el 6 de marzo de 1981- y su esposo Ramón Gonzalo González de Soto, oriundo de Cuenco (Margolles) y muerto el 1 de diciembre de 1966. En el año 2009 el hogar-residencia de la Fundación Beceña-González fue reconocido como centro acreditado, otorgado por la Consejería de Bienestar Social y Vivienda del Principado.

Desde octubre de 1952 hasta julio del año 1960 administró la institución la Orden de Siervas de María de Anglet, quienes tenían también a su cargo el Colegio de Nuestra Señora de Covadonga, en la Carretera Cañu. El hogar-residencia Beceña-González, que fue sometido a varias reformas y ampliaciones, la más reciente llevada a cabo entre los ejercicios 2014 y 2015, afectando en esa oportunidad al pabellón oeste y con una inversión cercana al millón de euros, cuenta en la actualidad con alrededor de un centenar de plazas para personas de la tercera edad, de las que una treintena están concertadas con el Principado de Asturias.

Hasta el pasado verano de 2020 rigió el hogar-residencia la congregación de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, la cual se hizo cargo el 6 de diciembre de 1978, localizado en la posesión que antaño se denominaba el Palacio de La Prida o El Palación.

De momento, el Patronato de la Fundación Beceña-González lo preside el cura-párroco de Santa María de Cangas de Onís, y su director en funciones es Antonio Cofiño Medina.

Precisamente, el hogar-residencia Beceña-González no tuvo ningún caso positivo durante toda la pandemia, gracias al estricto cumplimiento de los protocolos marcados por las autoridades sanitarias.

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