Las voces mejor entrenadas de Avilés

Cinco alumnos integran la primera promoción de canto en el Conservatorio: “Pensamos que sería un plus”

Marina Pardo, Rajchenberg, Suárez, Díaz y Pérez, ayer.

Marina Pardo, Rajchenberg, Suárez, Díaz y Pérez, ayer. / Nel Oliveira

Isabel Díaz, de 48 años; Ebert Pérez, de 43 años; Lior Rajchenberg, de 40; Maite García, de 36; y Alba Suárez, de 14, son los cinco alumnos que conforman la nueva especialidad de canto del Conservatorio Julián Orbón de Avilés. En la tarde de ayer, cuatro de ellos, ofrecieron un concierto en las instalaciones de la escuela avilesina junto a su profesora, Marina Pardo, y el director del Conservatorio, Carlos Galán, acompañando las voces al piano.

Al fondo, Carlos Galán y la alumna Isabel Díaz, en primer plano, ayer. | R.S.

Al fondo, Carlos Galán y la alumna Isabel Díaz, en primer plano, ayer. | R.S. / Nel Oliveira

Esta nueva especialidad comenzó el pasado mes de septiembre, explica Carlos Galán, tras haber trabajado en ella desde 2017. “Era una de las que no teníamos y pensábamos que era un plus para el Conservatorio”, explica el director del centro. Gracias a ella, continúa, ahora el Julián Orbón podrá tener repertorios nuevos, ya que hasta la fecha no contaba con cantantes líricos. “Nos pareció oportuno dada la tradición coral que hay en Avilés”, señala Galán.

Lograr el grado de la especialidad supone una formación lírica de seis años. Por el momento, la primera en obtener el título –si todo sigue su curso– será la alumna Isabel Díaz, la única que está en el último año, tras haber convalidado las asignaturas en su traslado al Conservatorio de Avilés. El siguiente más avanzado es Lior Rajchenberg, que a día de hoy está en segundo curso. Los alumnos restantes –Ebert Pérez, Maite García y Alba Suárez– se encuentran en primero. “La verdad es que estamos muy contentos, tanto por la implantación de la especialidad como por la evolución que están teniendo los alumnos”, celebra Carlos Galán, quien piensa en cotas más altas: “Tenemos ganas de hacer una actuación más grande con la orquesta sinfónica”.

Entre las asignaturas que cursan los cinco alumnos de la especialidad de canto del Conservatorio Julián Orbón, detalla Carlos Galán, se encuentra “una hora de clase de canto, una hora de coro, dos de lenguaje musical, treinta minutos de piano y hora y media de italiano”. Durante toda su formación, los alumnos de esta especialidad idiomas como alemán, inglés o francés, además del italiano. Todos ellos, idiomas aplicados al canto.

Durante la actuación de ayer, la más jóvenes de las alumnas, Alba Suárez, de 14 años, aseguró compaginar “muy bien” tanto sus estudios en el Conservatorio como los del instituto. “Prepararse junto a este equipo es un lujo; estamos muy contentos”, apuntó, por su parte, Ebert Pérez. Una opinión que comparte su compañera Isabel Díaz, quien celebra estar “muy contenta con el plan de estudios” de la especialidad lírica. Lior Rajchenberg celebra, además, “las facilidades de conciliación que nos da Marina, la profesora”. Facilidades mutuas, ratifica la docente: “Son muy comprensivos y muestran mucho interés por las clases”.

Marina Pardo, de 50 años, es la que lleva la batuta de la especialidad. Sin embargo, reconoce que “es mi primera vez como profesora en un Conservatorio”. Hasta entonces se había dedicado a los escenarios, pero “la estabilidad como docente es mayor”. No obstante, su experiencia como profesional y su fuerte base teórica se complementan a la perfección: “Ahora puedo volcar en mis alumnos tanto lo que he aprendido encima de los escenarios como lo que he estudiado en los Conservatorio; son dos aspectos muy importantes”.

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