Opinión | El Gasómetro

De la ilusión al fracaso en once meses

De cómo los clubes de fútbol deben lograr la máxima conexión con la ciudad y sus vecinos

Hace poco menos de un año, Avilés se volcaba con el primer equipo de fútbol de la ciudad ante la ronda final de la fase de ascenso a la categoría superior, la Primera Federación. Además de los aficionados al fútbol, fueron muchas las personas que apoyaron desde su ámbito al Real Avilés Industrial, en la esperanza de que un ascenso pudiese añadir dinamismo y proyección a la ciudad al participar en la misma categoría que algunos clubs de gran solera, como el Real Club Deportivo de La Coruña.

Los aficionados llenaron el campo como nunca, los comercios y centros de restauración decoraron escaparates y locales, se generó una ilusión colectiva que, como suele pasar en el deporte, no se tradujo en el éxito esperado, sencillamente porque el equipo contrario fue mejor.

Este mediodía volverá a llenarse el Suárez Puerta para el encuentro ante otro histórico, el Orense Club de Fútbol, pero no será con el anhelo de un ascenso de categoría sino con la esperanza de mantenerla.

Hemos pasado en pocos meses de la ilusión al fracaso, eso antes de jugarse el partido, porque, al final de la jornada el equipo podría verse envuelto en una incierta eliminatoria y acabar en una categoría inferior.

Los nuevos propietarios de los clubes de fútbol, y no sucede sólo con el Real Avilés, llegan siempre con grandes ideas, nuevos proyectos y líneas de negocio, sean nuevos estadios, grandes reformas o ciudades deportivas. Sin embargo, se olvidan de algunas cosas. La primera es que, como en cualquier organización, lo importante es el "core", el núcleo de la actividad, en este caso, la competición deportiva y contar con una plantilla y técnicos con garantía para alcanzar los objetivos; sin buenos resultados, la afición se resiente y, sobre todo, se reducen las posibilidades de nuevos y más sólidos patrocinios.

La segunda, lograr la máxima conexión con la ciudad, con la comarca, con sus instituciones, empresas y personas.

Aunque en Avilés sabemos mucho de fracasos con el principal equipo de fútbol, el de este año es de los gordos, y podría ser peor al final de la mañana. Algunos ya empiezan a preguntarse, y no les falta razón, si, en términos de modelo de ciudad habitable, debemos seguir manteniendo en una zona céntrica un equipamiento que sólo se utiliza veinte días al año.

Lo importante hoy es, no obstante, apoyar al equipo.

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