La pluma ovetense de la narrativa inglesa

El escritor Benjamín Detraux publica su primera novela, "Redcloak", inspirada en la literatura británica de finales del siglo XIX

Benjamín Detraux. | LNE

Benjamín Detraux. | LNE

Inglaterra, finales del siglo XIX. Un joven aristócrata huye de la mansión familiar y de su despótico padre hasta la India. Años después, el siempre implacable destino impone que su hija tenga que ir a las Islas Británicas para instalarse en la mansión que él dejó atrás. Podría ser la sinopsis de una novela escrita en la época victoriana por alguno de los clásicos de la narrativa anglosajona de la época como Jack London o Conan Doyle, pero no. El argumento nace de la pluma de Benjamín Detraux, un joven ovetense que quedó fascinado con esa prosa decimonónica. Aunque es un hombre de ciencias –estudió Biología y Bioquímica y es profesor de instituto–, acaba de quitarse el gusanillo de las letras al editar su ópera prima, "Redcloak".

"Quise hacer un tributo a autores que a mí me gustaron mucho de crío, como Rudyard Kipling o Wilky Collins, los clásicos de la narrativa inglesa de finales del XIX y principios del XX", es la primera respuesta que da Detraux, apellido que le viene por un bisabuelo belga que se afincó en España, cuando se le pregunta por su obra. "Me encanta cómo se formulan las relaciones entre los personajes", explica, "lo que desemboca en una trama que se desarrolla con sutileza". El segundo dato que da es que no es un libro de ambientación plana o monotemático: toca varios géneros y localizaciones. Su imaginación ha parido desde capítulos donde reina el misterio a otros en los que la protagonista es la aventura exótica de la época colonial en Asia o África. También una pizca de terror. En el popurrí literario que el autor asegura que plantea como un texto "de corte juvenil", tampoco deja a un lado el misterio a través de la intriga detectivesca. ¿Con qué fórmula? El "who done it", "quién lo hizo" en español, en la misma línea de las novelas de Agatha Christie que protagonizaba el investigador Hércules Poirot.

No es, ni de lejos, el primer contacto del autor ovetense con la escritura. Desde pequeño ha sido una de sus grandes inquietudes. Según explica, lo heredó de su padre, "un gran lector", y en su casa siempre hubo una nutrida biblioteca. De adolescente hizo sus primeros pinitos con un manuscrito de corte heroico-fantástico, influenciado por "El Señor de los Anillos", que nunca llegó a terminar. Así que editar este libro también ha sido el reto personal de probarse a sí mismo y de demostrar que "era capaz de terminar una novela". Su producción de textos la integran también una serie de relatos que nunca han visto la luz. Con las nuevas perspectivas que tiene tras publicar su libro, quizá, en un futuro, alimente esa colección para lanzar un volumen recopilatorio, anuncia.

Detraux también usa como medio de expresión la pintura y es dibujante aficionado. De hecho, la cubierta del libro sale de sus pinceles. De pequeño ya le gustaba dibujar y se inclinaba por los monstruos: "Dinosaurios, dragones, esas cosas", puntualiza. Le siguen gustando, aunque ahora se inclina también por motivos "más clásicos". Los años asistiendo a un taller de arte en Oviedo le han hecho perfeccionar las técnicas del óleo y de la acuarela, aunque ahora se ha pasado por completo a lo digital. Le gustaría hacer cómics e historietas otra vez, como cuando era adolescente, pero lo tiene un poco aparcado porque no dispone del tiempo que le gustaría.

Detraux presentó su obra en una céntrica librería ovetense, lo que fue una "satisfacción". "Congregué a bastante gente en el local y muchos habían leído ya el libro", dice, orgulloso. Las opiniones fueron positivas y firmó un puñado de ejemplares, así que no pudo ir mejor. Aunque el viaje hasta tener entre sus manos "Redcloak" físicamente no ha sido fácil. Se presentó a un concurso literario que organizó Malas Artes, que son quienes han editado su libro. No ganó ningún premio, pero se pusieron en contacto con él porque les resultó interesante la historia. Solo había un requisito para el lanzamiento: asegurar 40 ventas previas. Detraux lo consiguió a través de un "crowdfunding".

El escritor adelanta que está madurando algunas ideas para próximos proyectos. Temas que surgen de una "mente llena de cosas", como él dice. Y, entre ellas, quizá está la segunda parte de "Redcloak", que, asegura, algunos ya le han pedido. El tiempo dirá.

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