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Kajsa Ekis Ekman | Periodista y escritora

"El putero sabe que lo que hace está mal; las chicas no están ahí porque quieren"

"Intentar legalizar la prostitución es una trampa; estamos hablando de personas que son violadas multitud de veces al día"

Kajsa Ekis Ekaman, ayer, durante la conferencia en la Casa de la Mujer. | Luisma Murias

Escritora, periodista pero sobre todo activista comprometida con los derechos de las mujeres. Para Kajsa Ekis Ekman (Suecia 1980) todo el que paga por sexo es un "putero" que nutre un negocio que debería "ser abolido. Tras dos años recorriendo Europa para investigar sobre los sindicatos de prostitutas, escribió "El ser y la mercancía", un libro en el que aborda cómo se mercantiliza el cuerpo de las mujeres en la industria de los vientres de alquiler. Con motivo del día internacional contra la prostitución y la trata de personas, ofreció una conferencia en la Casa de la mujer de Avilés.

–Su discurso tiene muy presente la mentalidad del putero. ¿Cómo piensa el hombre que consume prostitución?

–El putero sabe bien que lo que hace está mal. Sabe que las chicas no están ahí porque quieren, sabe de la existencia del proxenetismo pero lo hace igualmente. Se ha preguntado a cientos de puteros en diferentes países qué les disuadiría de comprar sexo y solo una minoría alude a las campañas de sensibilización, mientras que la mayoría solo tiene en cuenta las consecuencias legales o personales como medida para no recurrir a las prostitutas.

–No ha dudado en defender el abolicionsimo de la prostitución ¿Por qué no debe ser considerado un trabajo?

–No es un trabajo porque no es algo necesario como limpiar o cuidar de niños o ancianos. El sexo es placer, no un deber y en la prostitución se convierte en un servicio para hombres. Es un contexto desigual en el que manda el que paga y en el que estás comprando un cuerpo, un cuerpo que sufre consecuencias, de hecho, las prostitutas tienen un riesgo 40 veces más alto de mortalidad.

–Hay quien dice que es el oficio más antiguo del mundo y quien apuesta por dejar libertad para ejercer. ¿Se puede hablar de libre elección en el caso de la prostitución?

–La prostitución en sí no es libre porque estás pagando. La Unión Europea votó la semana pasada una resolución en la que apoya la abolición y dice que la prostitución no es un trabajo y que hay que acabar con la impunidad del proxeneta y del que compra sexo.

–Dice que en Suecia no hay industria del sexo. ¿Es posible exportar ese modelo a otros países?

–Es posible en todos los países. Una cosa es la ley y otra la aplicación de la ley. Hay que dedicar recursos a la Policía a los que ayudan a las supervivientes... El éxito de una ley así depende también de la aplicación.

–¿Y hasta que se derogue la prostitución?

–Intentar legalizar es una trampa. Estamos hablando de personas que son violadas multitud de veces al día. Lo importante es tratar de sacar a las mujeres de la prostitución porque el 89% de ellas quieren dejarlo.

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