En territorio comanche

La opinión sobre el Sporting y el Oviedo: Ya están aquí los de siempre

¡Ya están aquííííííí…! Las entradas y salidas, el paseo de los agentes por las oficinas de los clubes, las reuniones a media luz en reservados de restaurantes chachi piruli, las negociaciones a cara de perro y las "campañitas" para convertir a tuercebotas en caros jarrones chinos ya han comenzado

EN IMÁGENES: El Sporting despide la temporada con una bochornosa goleada en El Molinón

EN IMÁGENES: El Sporting despide la temporada con una bochornosa goleada en El Molinón / Juan Plaza

Pablo González

Pablo González

¡Ya están aquííííííí…! Las entradas y salidas, el paseo de los agentes por las oficinas de los clubes, las reuniones a media luz en reservados de restaurantes chachi piruli, las negociaciones a cara de perro y las "campañitas" para convertir a tuercebotas en caros jarrones chinos ya han comenzado. En lo que se refiere a la madreñina del balón, nada de esto le es ajeno. En Gijón, el área deportiva orlegiana busca recambio para la portería tras la salida de Pichu Cuéllar. Lo de tener dos porteros de garantías es básico para cualquier proyecto que se precie.

Ya saben lo que decían los sabios, que la columna vertebral pasaba por un portero que no se las meta, un centrocampista que sepa lo que es un balón y un delantero que las empuje. Y en eso está el Sporting, que sigue pensando lo que quiere ser de mayor.

También está en ello el Oviedo de Pachuca y el Almirante Cervera. De mano, habrá que ver si hay o no hay "caso Borja Sánchez" y si el muchacho por fin, tal y como quiere el Almirante, deja su sitio al siguiente. Luego está por ver eso que se pensaba que no iba a volver a ocurrir, como lo de importar "talento" de los equipos del grupo tras el petardazo de Aceves y Marcelo Flores.

Ahora suena Romario Ibarra, velocidad ecuatoriana al servicio de Pachuca que puede acabar corriendo la banda del Tartiere. Por lo demás, unos y otros esperan que se conformen los ayuntamientos para sentarse a hablar de lo suyo, que no tiene por qué coincidir con lo que interesa y preocupa a los demás, ¿oyisti, güey?

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