En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Decir adiós y saber irse

Fin de fiesta en la madreñiña a la espera de las despedidas y de novedades en cuestiones como las infraestructuras de ambos clubes

Pablo González

Pablo González

Fin de fiesta. El Oviedo se queda de vacaciones tras perder en Levante, tratando de meter el dedo en el ojo a los granotas de Felipe Miñambres, ex del Sporting y con poco feeling con el Almirante. Llega ahora la semana de las despedidas, la de recoger las cositas de las taquillas en negras bolsas de basura. Muchos se irán para no volver nunca más y otros andarán a la espera de ver si el próximo curso siguen teniendo pupitre propio en la clase de Cervera.

Por lo demás, a la espera de novedades en asuntos de infraestructuras, mejoras en el Tartiere y tal y tal. Por ejemplo, hay prisa y movimientos orquestales en la oscuridad de aprendices de brujo metidos a fontaneros para que se instalen de una vez los videomarcadores, que duermen el sueño de los justos en algún cuartón. La cuestión es que falta un papel. Es la eterna lucha del hombre contra la máquina de la burocracia.

Mientras, a 28 kilómetros, tocará domingo de los de decir adiós y saber irse en el último partido del curso en El Molinón. Cuéllar ya sabe por vía oficial que no seguirá. Podrá decir adiós jugando su último partido como sportinguista. Quien no tendrá esa posibilidad será Jony, recibido hace temporada y media como Maradona llegando a Nápoles. Pero el "fúrgol" no espera por nadie. Y mucho menos cuando se deja de ser protagonista, en este caso por culpa de una racha de lesiones que han lastrado la última etapa en Gijón del extremo. Y en unos días, semanas o meses empezarán a llegar las nuevas "inversiones" orlegianas en forma de futbolistas aztecas cedidos por el Grupo y amigos para que aprovechen el Sporting para foguearse. El casting sigue abierto, ¿oyisti, güey?

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