Los resultados en la prueba de acceso a la Universidad

Los diez de 10 en la EBAU de Asturias conocen el secreto del éxito: "Hay que ser constante e ir tranquilo"

Los mejores alumnos de la selectividad afirman que la clave es "llevarlo al día sin agobios" y rechazan que los institutos inflen las notas: "El sobresaliente en Bachiller no lo regalan"

El consejo de los "alumnos diez" para triunfar en la EBAU: "Hay que ser constante e ir tranquilo"

VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Irma Collín

Nunca había pasado en Asturias: que tantos alumnos lograsen la máxima nota en la fase general (u obligatoria) de la EBAU. César Álvarez, Lía Díez, Pelayo Gómez, Iyán López, Jorge de la Mano, José Manuel Martínez, Sara Montes, Miguel Piquero y Paula Rodríguez son los diez de 10. Pertenecen a centros de Oviedo, Gijón y Cangas del Narcea –tres de ellos son del colegio Corazón de María (Codema)– y quieren estudiar Medicina, el doble grado de Matemáticas y Física, Derecho o una ingeniería. Aunque hay quien duda todavía y su abanico es muy amplio: desde Biología a Filosofía, como es el caso de la gijonesa Paula Rodríguez.

De los diez mejores estudiantes, siete consiguieron un 14, la máxima nota posible en la selectividad, contando la fase general y la específica. ¿El secreto? "Llevarlo al día y sin agobios", confiesan. Y en el examen de la EBAU, "mantener la calma". Aunque pueden darles "un pequeño empujón", los futuros universitarios rechazan que los centros inflen las notas del Bachillerato, como alertó la semana pasada un informe del Observatorio del Sistema Universitario Español. Este estudio revela que en Asturias hay el doble de sobresalientes en los institutos que en la EBAU. "El sobresaliente no te lo regalan, nos lo hemos trabajado", defienden. Los alumnos también reflexionan sobre la polémica del examen de Química. Remarcan que fue "diferente" y comparten el descontento generalizado, sin embargo avisan que "no hay que exagerarlo". De hecho, al final en esta prueba hubo más dieces que en 2022.

Sara Montes Menéndez, del Colegio Internacional Meres, en Siero, es una de las alumnas más excelentes de la región, tras conseguir un 14 en la EBAU. No se esperaba una nota tan alta y tampoco se considera mejor que otros compañeros. "En mi clase había gente tan buena como yo", dice. Al final, en la prueba de acceso a la universidad entran en juego otros factores, como los nervios. Su clave fue "trabajar durante todo el curso y organizarse muy bien en los últimos días".

"Los nervios pueden jugar una mala pasada, pero hay que mantener la calma y pensar que tenemos las herramientas suficientes para responder a las preguntas", apunta. Y eso es justo lo que le pasó en el polémico examen de Química. "Al principio fue un shock. El tipo de preguntas era diferente y podía asustar al verlas de primeras. En mi caso, me paré, respiré y me dije: ‘seguro que cinco ejercicios sabes hacerlos’", expresa. Y vaya si supo; sacó un 10. Montes ya había quedado segunda en la fase regional de la Olimpiada de Química.

La joven, de 17 años y afincada en Gijón, asegura no conocer a nadie que saque dieces durante todo el curso, así que responde que sí cuando le preguntan si los colegios ayudan a los estudiantes elevando las notas del Bachillerato. "Pero no te las suben porque sí, no es un regalo y así lo he demostrado en la EBAU", aclara. Sara Montes ya se preinscribió ayer en Medicina, carrera que tiene clara "desde la ESO". La vocación por la rama sanitaria le viene de familia; su madre es enfermera.

César Álvarez García, del Colegio Dulce Nombre de Jesús de Oviedo, también apunta hacia Medicina, aunque todavía no lo tiene del todo claro. Con un 13,90 en la EBAU puede estudiar lo que quiera. "Mis padres son médicos –él dermatólogo y ella internista–, pero nunca me presionaron con estudiar Medicina ni con la nota. Siempre me dijeron que hiciese lo que quisiese. Y sí que me decanto más hacia grados de la rama biosanitaria, como por ejemplo Biotecnología, pero tampoco descarto hacer una ingeniería", manifiesta. La decisión la tendrá que tomar antes del 30 de este mes. "Miraré con calma estos días los planes de estudios y pediré consejo", apostilla.

Álvarez hizo el examen de Química, en el que sacó un 9,5. "No nos quejamos de su dificultad, sino de que el modelo de examen no era el que habían fijado en un principio", aclara. La clave para superar la EBAU con tan buena nota, destaca, "ser constante" e ir a la selectividad "tranquilo". "A mí eso me ayudó mucho: ir seguro de mí mismo", admite. El ovetense rechaza que los centros inflen las notas del Bachillerato: "A lo mejor si vas justo y ven que progresas te da un pequeño empujón, pero nada diferencial".

Lía Díez Menéndez, del IES Monte Naranco de Oviedo, iba a estudiar Física, pero vista la nota que logró en la EBAU (un 14) "es difícil resistirse" y hará el doble grado de Física y Matemáticas, que tiene la segunda calificación de acceso más alta de la Universidad de Oviedo. Díez, como el resto de compañeros, no se esperaba una nota tan alta. ¿Su secreto? "Llevarlo al día, pero sin agobios". De hecho, en la semanas previas a la prueba de acceso a la Universidad "ya no estudiaba después de cenar". "En 2º de Bachiller te están diciendo todo el rato: EBAU, EBAU, EBAU... Y eso te genera tensión. Madre mía, a ver si lo llevo bien preparado. Así que espero en la carrera sea todo menos estresante", comenta.

Díez tampoco considera que los institutos engorden las notas del Bachillerato. "A lo mejor tienes de media un 9,2 y te lo elevan al final a un 10. Pero eso solo pasa si te dan los decimales", defiende.

Miguel Piquero Colinas, del IES La Corredoria de Oviedo, compartirá aula con Lía Díez, ya que también se matriculará en el doble grado de Matemáticas y Física. Aunque en su caso la pasión inicial eran las matemáticas. "Toda la vida me gustaron e iba a estudiar el grado simple de Matemáticas, pero ahora que me da la nota, no puedo desaprovechar la oportunidad", señala. Tiene un 14 en la EBAU. "Para mí 2º Bachillerato fue más complicado que la selectividad. Fue el curso de mayor carga de estudio de toda mi vida académica", confiesa.

No hizo el examen de Química, pero sí curso la asignatura en Bachillerato y tiene su propia opinión sobre la polémica prueba. "Estaba todo en el temario y si te ponías a resolverlo, lo sacabas. Pero la forma de preguntarlo podía generar alguna duda", indica. Piquero llegó hasta aquí a base de "regularidad" y cree que las clases preparatorias para la EBAU son fundamentales para llegar al sobresaliente. "Algunas asignaturas no tuve ni que prepararlas por mi cuenta en casa", afirma. Este ovetense insiste que un 10 "no te lo regalan" y, por tanto, rechaza que las notas del Bachillerato estén infladas en Asturias.

José Manuel Martínez Fernández, del IES de Cangas del Narcea, estaba ayer pletórico tras conseguir un 13,9 de media en la EBAU. Con esa nota podrá estudiar Medicina para especializarse, después, en Oncología. "Siempre me gustó ayudar a las personas y la ciencia, por lo que creo que la Medicina se adapta muy bien a mi perfil. Ya tengo pensado, si no cambio de opinión, hacer Oncología porque es un ámbito con mucha investigación y es una de las enfermedades que afectan a más población", explica.

Pero llegar hasta el 13,9 de nota no ha sido fácil. Detrás hay muchas horas en el escritorio y renuncias. Y en esa rutina de estudio no faltó nunca el deporte, con entrenamientos en el gimnasio que le han servido para mantenerse en forma y estar despejado. "Tienes que sacar tiempo para entrenar, aunque llegues cansado porque te acuestas pronto y, al día siguiente, tienes energía para estudiar", detalla. En este camino a la excelencia no ha estado solo. Sus profesores han sido clave en su rendimiento académico "porque te influye mucho cómo te enseñan, tienen tanto mérito como yo".

De vacaciones en Gandía

A Iyán López Fernández, del Colegio Corazón de María de Gijón, la noticia de que había conseguido la máxima nota en la EBAU le llegó de vacaciones en Gandía. "Estoy muy contento porque no me le esperaba. Contaba con tener un 13 con algo, pero no llegar al 14, porque siempre es fácil tener algún pequeño fallo que te penalice", indica. En su caso, además esta prueba se la tomó sin presión añadida. Su futuro va encaminado a estudiar Derecho. "No necesitaba una nota altísima, así que la única presión que tenía era la interna, de la satisfacción personal", comenta.

¿Y cómo se consigue la puntuación más alta? "Horas y horas delante de los apuntes, implicación y mucha preparación", contesta antes de añadir de forma tajante que no cree que se ayude en los colegios a la hora de subir las notas del Bachillerato: "A mí nadie me ha regalado nada". Y añade a continuación: "Ya he leído algún comentario de que molestaba que tres de una misma promoción y centro estemos entre los de más nota. Pero eso lo que demuestra es que no inflan nada, porque sino en la EBAU no lo conseguiríamos también".

Otro de los compañeros de este centro es Jorge de la Mano Fernández. "Lo primero que pensé al enterarme fue que iban a llamarme de los periódicos para entrevistarnos", cuenta con una sonrisa. Sobre la EBAU explica que la prueba de Inglés y Lengua fueron las más exigentes. "En 1º de Bachillerato con estudiar el día antes del examen daba, en 2º había que ponerse dos, pero en la Universidad ya habrá que ponerse más intensamente. Y será difícil cambiar esa aspiración de ambicionar el 10 de continuo a posiblemente el aprobado", subraya.

Aún no se ha decidido por lo que estudiará. "De momento lo prioritario será sacarme el carné de conducir en verano", afirma. Duda entre tres opciones. "Dos serían en Mieres: Ingeniería Civil o el doble grado de Ingeniería Civil y Recursos Mineros y Energéticos; y otra en Gijón con Ingeniería Mecánica", especifica.

Más clara posiblemente tenga su salida laboral Paula Rodríguez Herrero, la tercera alumna de diez del Corazón de María. Estudiará Medicina en Oviedo. "Al final siempre se necesitan sanitarios, y más en una población que cada vez está más envejecida", reflexiona. No obstante se decantó por esta opción hace relativamente poco. "No lo tenía del todo claro, sí que iba a hacer algo de la rama sanitaria, pero en todas se pide mucha nota", añade.

La EBAU le fue muy bien. "Salí contenta, con buenas sensaciones, pero no me esperaba tan buena nota", cuenta esta joven gijonesa, que vivió de primera mano la polémica que rodeó a la prueba de Química. "Era muy diferente a los de otros años, que eran con los que habíamos estado practicado. Cuando lo vimos nos asustó un poco", valora.

De Biología a Filosofía

Ese mismo examen de Química también lo afrontó Pelayo Gómez Martínez, del IES Rosario de Acuña de Gijón. "Entiendo la polémica, porque en algunos centros ni se dieron algunas de las cosas que cayeron en esos se ejercicios, por suerte nosotros sí que lo dimos", comenta, para añadir después: "Podían ser ejercicios interesantes para hacer en clase, pero no para un examen, con los nervios, y sin tener el mismo control. Aunque no lo exageraría tanto porque se podían escoger cinco ejercicios, y se podía quedar un examen bastante asequible".

Por delante tiene ahora este estudiante gijonés una semana para decidir su futuro. "Estoy entre cuatro carreras: Biología, Biotecnología, Ciencias del Mar y Filosofía. La de letras es porque me interesa leer cosas, debates de ética o política, o porque vería con buenos ojos ejercer la docencia el día de mañana. Por las de ciencias tuve interés desde pequeño. A la biotecnología le veo salidas interesantes y para Ciencias del Mar me iría a Vigo", apunta.

Elena Somoza Beristain, del Colegio La Corolla de Gijón, tiene claro que irá a estudiar a Madrid. "Me gustaría vivir fuera de casa la vida universitaria, me encanta esa ciudad y tenemos además un piso de la familia", afirma. La carrera que ha elegido para estudiar es Ingeniería de Organización Industrial en la Politécnica. "Me han dicho que en las ingenierías se pelean hasta por los becarios", comenta.

Estudiante de un centro privado responde con firmeza sobre la ayuda para redondear notas en Bachillerato. "Mi nota me la he trabajado. Pero lo de las ayudas no es solo cosas de privados, pasa también en los públicos. Al final ayudan a gente que necesiten nota para entrar en alguna carrera concreta", subraya, antes de apuntar sobre la EBAU: "Lo pasé bastante mal el primer día, salí indecisa. Posiblemente la prueba que más miedo le teníamos todos era la de Inglés".

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