El plan de las baterías topa con la burocracia
La agencia estatal Sepides advierte de que el calendario de obra se puede ver alterado por los retrasos administrativos
M. M.
Mientras se intenta la venta de las parcelas aún sin ocupar en el PEPA, continúan los trabajos en los terrenos de las antiguas baterías de coque. La primera fase del proyecto cumple los plazos previstos, y la previsión es que a finales de año concluya las labores de la retirada de los tanques y elementos más contaminantes.
El inicio de la segunda fase, la de las demoliciones, está previsto para enero. Pero están pendientes del informe de Medio Ambiente y de las licencias municipales. En el primer caso, la previsión es que "en breve se emita el informe", indicaron las fuentes consultadas. Más complejo se presenta, al menos aparentemente, lo que depende del Ayuntamiento.
Sepides, como propietaria de la parcela de Baterías y responsable de su reurbanización previo desmantelamiento de las estructuras allí construidas, presentó en mayo la modificación del Plan Urbano que solicita para desarrollar el nuevo espacio industrial. Entre otras alegaciones se presentó la de Confederación Hidrográfica del Cantábrico, que por su trascendencia resulta de obligada observación. En ella exige elevar la cota del terreno entre 1 y 1,7 metros para protegerlo de posibles inundaciones si se diesen condiciones excepcionales de meteorología. Además, jurídicamente también hubo que adaptar el texto propuesto por Sepides a actualizaciones normativas recientes. También está por definir la fórmula jurídica del traspaso para que el Ayuntamiento pase a ser propietario de uno de los gasómetros para su conservación.
El caso es que la modificación del plan urbano (PGOU) para el futuro desarrollo urbanístico de los terrenos de Baterías se ha ido posponiendo de mes en mes desde el pasado agosto. El gobierno local socialista anunció que si este asunto no está listo para llevarlo a un Pleno ordinaria, convocaría uno extraordinario.
"Mientras toda esta tramitación no esté solucionada y no se cuente con la licencia para continuar con el plan de demolición en enero, lo más probable es que habría que paralizar los trabajos, con lo que eso supondría. Pero además, no se pueden ofrecer las futuras parcelas ni buscar proyectos porque las empresas necesitan certidumbre para realizar inversiones", indicaron desde Sepides.
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