El último adiós a Manuel Villa, primer alcalde de la democracia en Siero, en la más estricta intimidad familiar

Despedida en la más estricta intimidad familiar para el exalcalde de Siero Manuel Villa, cuyos restos mortales fueron incinerados ayer. Solo sus más allegados estuvieron presentes en ese momento. No hubo ceremonias ni lugar público para testimoniar las condolencias. La discreción era una característica del fallecido y así ha sido su adiós.

Manuel Villa Díaz, el que fuera primer alcalde de la democracia en Siero y emblemático regidor socialista durante cuatro mandatos consecutivos, falleció este pasado martes en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Tenía 84 años. Desde que se conoció la noticia de su muerte, en fecha tan señalada como el día de Güevos Pintos en la Pola, han sido numerosos los testimonios que públicamente han querido manifestar el reconocimiento a su figura como servidor público y al proyecto modernizador que llevó a cabo en el municipio como alcalde, cargo que ocupó desde 1979 hasta 1995.

Nacido en El Cotayo, en Santiago de Arenas (Siero), el 26 de junio de 1938, fue impulsor de planes de obras públicas a principios de los años ochenta del siglo XX que supusieron la extensión de servicios básicos como el saneamiento o el abastecimiento por todo el territorio municipal. Destacada fue asimismo su labor en materia de dotación de equipamientos culturales y deportivos y las actuaciones para promover el desarrollo urbanístico del concejo. Entre otros proyectos, su determinación fue clave para el desarrollo de la gran urbanización de La Fresneda.

El gobierno sierense, que ha decretado luto oficial en el concejo por el fallecimiento, destacó el martes que Villa "sentó las bases del Siero que hoy conocemos, sobre todo en lo que respecta a la demografía".