En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Peor que en "Psicosis"

Secadas ya por el viento las lágrimas derramadas por la eliminación copera de los grandes de la madreñina, a ambos lados del Potomac se centran estos días en recuperar el pulso de la infinita Liga de Segunda División

Pablo González

Pablo González

Secadas ya por el viento las lágrimas derramadas por la eliminación copera de los dos grandes de la "madreñina", a ambos lados del Potomac se centran estos días en recuperar el pulso de la infinita Liga de Segunda División. Los azules quieren fiesta en El Sardinero ante el Racing de José Alberto. Un sportinguista puede rebajar el subidón de los de Carrión tras su triunfo de hace una semana ante el Espanyol y frenar su remontada hacia los cielos. En la casa azul se encuentran en ese momento nada ajeno para muchos equipos aspirantes, en esa situación en la que todo Cristo hace cuentas y números y piensa en que "si ganamos y aquellos pierden nos ponemos a dos puntos del play-off" y tal y tal. Vamos, lo que viene siendo la calculadora de la ansiedad y las prisas por recuperar los puntos perdidos.

Mientras, a 28 kilómetros, el objetivo de los de MAR pasa por seguir siendo infalibles en El Molinón, lo que garantizará a los rojiblancos mantenerse una semana más como subcampeones momentáneos de la categoría. Por lo demás, ahí fuera el honesto Rubiales prosigue dejando titulares. Ahora le acusan de haber estado demasiado cariñoso con las jugadoras inglesas el mismo día del beso no consentido a Jenni Hermoso.

Y, a todas estas, la paz está lejos de llegar a la selección femenina. Vuelve a sonar la música de "Psicosis" y se ve la sombra del cuchillo que amenaza a Janet Leigh mientras se ducha. La única diferencia es que tras la cortina está la asturiana Montse Tomé y son varias las manos que empuñan el arma asesina. Nunca ganar algo tan grande como un Mundial generó tantos líos, ¿oyisti, güey?

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