En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Un problema central

El fútbol nace, crece, se desarrolla y, a pesar de que lo alimentan y alimentan hasta acabar explotando como aquel personaje fartón de "El sentido de la vida" de los Monty Python, no consiguen que muera ni a sartenazos

Escena de "El sentido de la vida"

Escena de "El sentido de la vida" / LNE

Pablo González

Pablo González

El fútbol nace, crece, se desarrolla y, a pesar de que lo alimentan y alimentan hasta acabar explotando como aquel personaje fartón de "El sentido de la vida" de los Monty Python, no consiguen que muera ni a sartenazos. Fundamentalmente sobrevive porque siempre deja alguna sorpresa. Xavi ya no es el heredero de Cruyff y Pep Guardiola; Mbappé ya no es una prioridad para el tito Floren, y al Oviedo ahora le sobran artistas y le faltan picapedreros. El bueno de Luis Carrión tendrá que inventarse una defensa de circunstancias por culpa de las lesiones y las sanciones. Una de las cartas que le quedaban, la de colocar a Luismi de central, se ha esfumado, ya que el mediocentro se ha roto para un mes, calculan los que saben de esto.

La plaga que asuela al Oviedo –cuentan de dentro hacia fuera– se debe a "un tema multifactorial". Pero, por lo que parece, los factores siguen campando a sus anchas. Así que, para recibir al Amorebieta, ajo y agua, o colocar de líbero a alguno de los artistas del balón. El primer partido del año de los carbayones debería servir para reafirmar la remontada, pero ya se sabe lo que ocurre con encuentros en los que el rival sale a aguantar lo que le caiga encima. Ya saben, la sufrida e igualada Segunda División y tal y tal.

Mientras, a 28 kilómetros, la cúpula, que se dice ahora, está de viaje hacia México para la reunión anual de la familia orlegiana. Tras ella, se supone, habrá novedades sobre fichajes, cesiones, renovaciones y demás. Pero que no cunda el pánico entre las masas, que hasta que cierre el señor mercado habrá tiempo para reír, llorar y esconderse debajo de la mesa. Unos por mucho, otros por poco y al final a ver qué pasa, ¿oyisti, güey?

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